La realidad que vivimos siempre nos plantea retos para afrontar las situaciones que se nos presentan en nuestra vida cotidiana. En estos momentos más que nunca el desafío es constante, ante esta situación de confinamiento que estamos viviendo para hacerlo de la mejor manera posible. Es ahí donde la creatividad llama a nuestra puerta y viene a nuestro encuentro, para despertarnos y recordarnos que nosotros somos los que tenemos el poder de decisión sobre cómo queremos vivir nuestra vida hoy y siempre.
Ante una realidad que se nos impone, son cada vez más las personas actualmente las que están decidiendo “subirse” a esa manera de hacer nuevas las cosas o reinventarse y optar por nuevas alternativas. De ahí que están surgiendo muchas iniciativas solidarias, culturales, de trabajo, etc. ¿Qué es lo que determina que unas personas se decidan a hacerlo?
En una de sus citas Oscar Wilde nos dice: “Todos estamos en las alcantarillas, pero algunos miran hacia las estrellas”. Hace unos días me topé con esta frase y considero que es capaz de reflejar el momento que estamos viviendo, pues al fin y al cabo a veces lo que nos diferencia es la mirada, que se inicia y se va construyendo en nuestro pensamiento sobre lo que pensamos que es posible o no lo es. Así pues la creatividad también, tiene su fundamento en una forma de pensar: el pensamiento divergente.
El pensamiento divergente es un concepto que emplea la psicología cognitiva y fue propuesto por J. P. Guilford a mediados del siglo XX, -considerado el padre del estudio científico de la creatividad-. Y tal vez, sea el factor más estudiado de la creatividad presente en la mayoría de modelos y test de creatividad. El pensamiento divergente se caracteriza por contemplar diversas perspectivas, y encontrar más de una solución frente a un desafío o problema. Es un estilo de pensamiento que se abre paso a explorar nuevas opciones y caminos.
Por todo ello la creatividad supone al fin y al cabo tener el valor de apostar por diferenciarse. Y así imprime nuestra huella, nos revela y revela a los demás nuestra originalidad, esa forma distinta de ser en la vida. La comenzamos a desarrollar en la infancia pero a veces se va quedando por el camino por diversas circunstancias de la vida. Sin embargo siempre podemos recuperarla, porque nos tiende la mano como en el momento actual que estamos atravesando.
La creatividad implica tomar riesgos, y supone salir de la zona de confort. Nos invita a abrirnos a una nueva luz, que nos anuncia la buena noticia de que siempre hay una nueva oportunidad para nacer de nuevo, y apostar por hacer las cosas de distinta manera. Eso sí, tomar riesgos implica asumir también las equivocaciones de ese proceso. ¿Pero que sería la vida si no nos arriesgamos a vivirla?
Por eso como decía Oscar Wilde a veces vivimos en algunas alcantarillas pero decidir mirar hacia las estrellas es al fin y al cabo una decisión que nos compete.
Es por eso que desde estas líneas te invito aceptar este desafío de la creatividad, porque ella a su vez te ayudará a creer que siempre hay una puerta abierta a la esperanza.
¡Vamos hacia adelante, siempre hacia adelante!
#SuperaremosEstoJuntos