Lo sueños pueden hacerse realidad ¿Pero hasta qué punto dejarlo exclusivamente en manos de la imaginación y la fantasía para conseguirlos?
“En algún lugar sobre el arcoíris…donde los sueños dejan de ser sueños y se convierten en realidad...” Es así como comienza la popular canción y banda sonora de una de las películas que han hecho historia hasta nuestros días: El Mago de Oz, basada asimismo en la novela infantil El maravilloso mago de Oz, de L. Frank Baum.
Hoy el cine la ha vuelto a recuperar gracias a Judy, el biopic sobre Judy Garland, actriz que encarno en su día a la pequeña Dorothy personaje que aún permanece en nuestro recuerdo gracias a sus zapatos rojos brillantes y a sus compañeros de viaje el espantapájaros, el hombre de hojalata y el león en busca del famoso mago de la tierra de Oz.
Esta película como otras tantas sobre cuentos infantiles o de similar temática nos han invitado siempre a dejar volar nuestra imaginación y fantasía sobre lugares, situaciones, personas, etc., que podrían venir o cruzarse en algún momento de nuestras vidas haciendo de esa manera que nuestros sueños pudieran hacerse realidad.
“Cuando una estrella fugaz convierta la noche en día pedid un deseo para que vuestra vida sea espectacular”
-Robin Williams-
Es cierto que es importante desarrollar la imaginación para favorecer la ilusión y la esperanza, pero también es fundamental desarrollarla junto actitudes y aptitudes que nos movilicen internamente dejando de ser meramente sujetos pasivos que esperan que las cosas cambien u ocurran sin más por arte de magia, solo por desearlas. De esta manera quizá podríamos hablar de una imaginación creativa que tenga su epicentro en el interior de la persona, que se mueva desde dentro, para que sea la persona la artífice de que sus sueños puedan hacerse realidad. Conjugando esa imaginación con su creatividad para poner en juego sus recursos internos y así tomar las riendas de su propia vida.
En un principio de la película del Mago de Oz, Dorothy y sus compañeros de viaje se encaminaron hacia aquella tierra siguiendo un peculiar camino de baldosas amarillas para poder encontrar al famoso mago, considerando que al encontrarlo les concederían a cada cual sus deseos: el espantapájaros un cerebro para pensar, el hombre de hojalata un corazón para poder tener sensibilidad, y el león poder tener valor para liberarse del miedo y Dorothy quería convertirse en una cantante famosa.
Sin embargo la historia nos dice que no sucedió así pues se dieron cuenta que no tenían que irse muy lejos para poder conseguir que aquello que deseaban se les concediera, ya que les valió la experiencia para descubrir que aquellos talentos que deseaban tener ya existían dentro de ellos, solo tenían que despertarlos y ponerlos en juego para darse cuenta que siempre habían estado dentro de ellos.
“La persona nacida con talento encontrará su mayor felicidad al usarlo”.
-Goethe-
Esto que les ocurrió a estos personajes a veces suele ocurrirnos con bastante frecuencia también a nosotros vamos buscando fuera lo que ya tenemos dentro. Es así como nuestra tarea es conectar con nuestros talentos y habilidades para que podamos sacarlos y proyectarlos al exterior y así poniéndolos en juego aquellos sueños que deseamos puedan cumplirse.
Por todo esto se deduce que es de vital importancia el conocimiento de uno mismo pues nos conduce a situarnos en nuestra realidad. Dejar todo en manos de la fantasía puede conllevar el riesgo de alejarnos de la realidad y de nosotros mismos, y puede de esa manera comenzar a ser utilizada como un mecanismo de defensa cuando el momento que estamos viviendo nos angustie y pueda resultarnos difícil de vivir.
Descubrir nuestros talentos, habilidades, capacidades a lo largo de nuestra vida será todo un reto que nos lanza a la aventura a través de un nuevo camino que decidamos iniciar quizás también en la compañía de aquellas personas que te ayuden a descubrirlos contigo; será todo un regalo que favorecerá la propia identidad de la persona haciendo que sus sueños puedan hacerse realidad.