Es así como empezó una de las sesiones sobre un curso que he realizado sobre habilidades emprendedoras. Y es que no se si tu te has preguntado alguna vez que valor aportas. A mi me pareció una pregunta de “diez” porque sentí que el ponente iba a lo esencial de la persona, a su valor, a lo que le caracteriza, o lo que le hace especial y diferente al resto. Sin embargo solo aquellas personas que realizan un camino de conocimiento personal son aquellas que precisamente pueden dar respuesta a esa pregunta.
Tú puedes marcar y hacer la diferencia pero solo si sabes de tu valor, de tu esencia, de tu identidad, de quien eres. Pues el descubrimiento de nuestra identidad es algo personal y que nadie puede hacer por ti.
Realmente es todo un reto pero así mismo para llevarlo a cabo se necesita de tiempo, pero ante todo y sobre todo de voluntad para poderlo hacer desde la verdad.
Sin embargo es cierto que nuestra identidad a veces esta como dormida, oculta o latente a la espera de que un acontecimiento o que alguien nos ayude a despertarla para sacarla a la luz y así nos permita tener ese nuevo enfoque sobre nosotros mismos que nos permita conocer esas cualidades, habilidades, talentos o aptitudes propias.
“El auténtico viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos paisajes, sino en tener una nueva mirada”.
-Marcel Proust-
Conocernos, saber de nuestro valor es lo que marcara nuestro propio empuje para salir a la vida, y poner esas habilidades en juego para nuestro propio beneficio pero al mismo tiempo para ponerlas al servicio. De esta manera la identidad se descubre no en las comodidades o seguridades sino en el reto constante de aquellos que se esfuerzan por perseguir sus sueños.
Pues bien ya sabes que tu misión empieza por descubrir cuál es tu valor. Ahora es el mejor momento para comenzar a hacerlo.