Acabamos de pasar a un nuevo año y Enero va hacia delante pisando el acelerador dejando pasar las semanas. Cuando comenzó el año pensé: “Este año promete, que este año traerá cosas buenas”. Pensar que esto es posible, solo es cierto desde una visión esperanzadora y no solo de instantes impregnados de positividad.
La esperanza trae aparejada siempre cosas buenas. Lo primordial en ella, es esa actitud que deja atrás las cosas que no pudieron ser, o en lo que fue y salió mal y en no malgastar energías en ello. Y sondea todas esas oportunidades que van viniendo en el presente para así construir el futuro.
Los milagros existen desde luego pero son fruto de haber construido poco a poco. Es una tarea que nos compete a nosotros y no podemos caer en la trampa y convencernos de que nuestras decisiones están en función de los demás, o de que se den las circunstancias óptimas para decidir, emprender, viajar, conocer, etc. Como bien dice Melendy en unas de sus últimas canciones: “Cómo va salpicarme la vida si salto los charcos”.
No puedo ir almacenando en una maleta los sueños que me gustaría cumplir. Ya que así vamos permitiendo que un montón de “casis”, “debería haber hecho”, “tenía que” entren en nuestra vida. Pues con ello correremos el riesgo de terminarnos acomodando a vivir a medio gas, sin darlo todo e ir entrando en rutina y convertirlo en una espiral donde la costumbre se instale y dejemos de vivir, de saborear, de mirar, de reír, de acariciar, de sentir, etc.
Los “casis” se transforman en posibles solo cuando consideramos que las oportunidades que se nos presentan en el camino les damos un valor primordial. Así salir, abrirse a la vida tras lo inesperado trae aparejado el surgimiento de la confianza y la necesidad de control desaparece.
“Fui a los bosques porque deseaba vivir deliberadamente; enfrentar solo los hechos esenciales de la vida y ver si podía aprender lo que ella tenía que enseñar. Quise vivir profundamente y desechar todo aquello que no fuera vida… para no darme cuenta, en el momento de morir, de que no había vivido”
-Henry David Thoreau-
El pasado ya paso, el presente está aquí vívelo y el futuro constrúyelo. Este año puedes que estés llamado a cambiar de vida. Pon en juego la vida, tu vida, te espera un apasionante mundo por descubrir.