Cuando comunicas la noticia del embarazo, una de las primeras preguntas que te hacen, si no la primerísima, es si prefieres que sea un niño o una niña.
Para los padres, y nosotros no somos una excepción, lo más importante es que el bebé esté bien, y la cuestión del sexo no es lo que más nos agobia.
Hecha la pregunta de rigor, llega el turno a los métodos de adivinación: que si la madre tiene mala cara es que va a ser niña y si no es niño, que si la forma de la tripa, que si tiene antojos de dulce es que va ser niña, que si el calendario chino,… Todo el mundo tiene su método (y por ahora van empatadas las predicciones de niño y niña) y hasta ha habido quien, sólo con ver la ecografía de las 13 semanas, ha dicho que “va a ser niño y de los que se portan bien además”.
La familia está dividida aunque el partido de las niñas tiene más miembros. He de ser sincero, en mi casa somos tres varones y mi madre, así que no sé si voy a saber criar a una niña.
Por otra parte, las niñas suelen ser más comunicativas, más “listillas”, creo yo, y por ese lado nos llevaríamos bien, al ser las chicas más expresivas podría conocer mejor si le preocupa algo, si está contenta… Sin embargo, los niños son niños durante más tiempo, y las niñas en seguida dejan de serlo y, supongo, que los padres ya no les pareceremos tan divertidos como antes. No sé si podré evitar decirle frases a mi hija como “así vestida no sales de casa” o si me preocuparé más de la cuenta cuando crea que empieza a salir con chicos. No quiero caer en los mismos tópicos de siempre, pero, cuando lo pienso, me veo abocado a repetirlos.
En general sólo espero que sea niño o niña esté bien y sea capaz de cuidarlo tanto y tan bien como mis padres hicieron conmigo. Y vosotros ¿queréis niño o niña?
Juan Manuel Subirán