Una de las típicas frases del embarazo que se usaba hace algunos años es “ahora tienes que comer por dos”. Hoy en día eso ya no se lleva, la medicina ha desautorizado esa afirmación, la dieta de las embarazadas se sigue con detenimiento y los excesos están prohibidos terminantemente.
Además, en nuestro caso, Natalia no ha desarrollado un mayor apetito ni ha tenido los famosos ‘antojos’. Más bien al contrario. Aunque se siente a comer con mucho apetito al poco de comer un par de bocados se le cierra el estómago… o bien la niña se lía a dar patadas y a moverse, que no sé qué le infunde la digestión pero la revoluciona. Eso ha provocado que, en estas vacaciones, en un par de ocasiones el que ha terminado teniendo que comer por dos haya sido yo… porque ya que has pedido ese plato en el restaurante no lo vas a dejar entero, que el camarero se va a pensar que no nos ha gustado la comida.
Así que, al contrario de lo que viene siendo habitual, voy a tener que emprender la operación post-biquini, ya que en las vacaciones, el que ha comido por dos he sido yo. De todas formas, aunque la madre no haya aumentado su ingesta de nutrientes, la niña sigue creciendo. Ya pesa casi medio kilo y en la última ecografía, que le hicieron ayer, todo está en su sitio y en su medida correcta. Y por lo que hemos podido ver, va a tener una carita preciosa.