Un bebé te hace afrontar empresas que nunca antes te habías planteado asumir. En mi caso ha sido… colgar de la pared del cuarto de la niña una estantería. Siempre que había necesitado antes hacer algún tipo de bricolaje casero, o bien lo solucionaba con celo o bien llamaba a un amigo más mañoso que yo para que lo solucionase.
Sin embargo, en el caso del montaje de los muebles de la habitación de Inés me correspondió la tarea taladrar el muro, meter unos tacos, y atornillar el mueble. No podía seguir rehuyendo esa tarea y además tampoco podría usar la excusa de la falta de herramientas. Al final, fue toda una gesta épica que después de muchas dudas, mi mujer y yo, conseguimos terminar. Por si acaso, despejamos la zona debajo de la estantería para evitar un destrozo mayor en caso de que se cayese…
He de reconocer que no las tenía todas conmigo esa noche. Estaba seguro que, de madrugada, un estrépito de maderas astilladas contra el suelo pondría banda sonora a mi fracaso como padre y como hombre que no sabe ni colgar una estantería sueca. ¿Cómo pretendo mantener a una familia si no soy capaz de clavar un simple clavo?
A pesar de todo, dos semanas después, ahí sigue la estantería, no se ha caído. Ahora, no pienso dejar que Inés haga movimientos bruscos en esa zona de la habitación.
Juan Manuel Subirán