Este miércoles a las dos y diez de la tarde Inés conoció el mundo exterior. Ha pesado dos kilos y setecientos gramos, mide 49 centímetros y, por su puesto, es preciosa.
Su proceso de llegada al mundo comenzó a la una de la madrugada, cuando Natalia notó que rompió aguas. La noche fue dura ya que las contracciones fueron bastante frecuentes y e incluso tuvo náuseas. Al amanecer, estuvo ya preparada para bajar a la sala de dilatación. Allí, con la epidural ya colocada, esperamos unas horas mientras poco a poco iba dilatando. Este proceso en primerizas, y en un parto adelantado a la fecha, suele ser lento, así que nosotros nos mentalizamos para pasar todo el día allí. A través de la puerta, se oía el trajín de enfermeras, matronas, mamás y bebés: “¡Parto! ¡Sala uno!, avisad a Montse”.
Sin embargo, durante una de las inspecciones de control, poco después de la una, la matrona nos dijo “¡ya estás preparada!” y ahora el ajetreo y los gritos de parto se referían a nosotros.
Las cosas pasaron deprisa, llevaron a Natalia a la camilla para dar a luz, las matronas se colocaron y animaban a Natalia a empujar, ella empujaba, y yo… Yo le daba la mano a mi mujer y esperaba estorbar lo menos posible. De repente, una cabecita asomó, y enseguida, todo un cuerpecito amoratado. Le miré a los ojos que los tenía abiertos y me sorprendí al escucharle estornudar “¿los recién nacidos estornudan?”. Los sentimientos que se experimentan en ese instante no se pueden explicar con palabras y tienes ganas de abrazar a todos los que han ayudado a traer a ese bebé al mundo.
Colocaron a Inés sobre el pecho de su Natalia, apenas lloró. En seguida se quedó tranquila mientras el personal médico se ocupaba de su madre. Se llevaron a la niña un momento y al poco la trajeron ya limpia y vestida y me la pusieron en los brazos. Los cubos de baba que se podrían haber hecho falta para recoger la que se caía no cabrían en el paritorio.
Ahora, con todo un día de vida, Inés está bien, y su madre también. Todos deseando salir del hospital y enseñarle su nueva casa.