Lo reconozco, estoy cansado de tanta agua. Tras todo un día de lluvia, me encontraba paseando con mi perro esquivando charcos bajo el paraguas, cuando he sucumbido a la tentación de desear que deje de llover.
Y creo que no terminaba de pensarlo cuando instantáneamente he recordado aquel regalo de un gran amigo en mi cuarenta cumpleaños, uno de esos regalos que difícilmente podré olvidar y que siempre llevo conmigo. Adornado por fuera con una bolsa muy bonita, metida en un sobre como cualquier otro, me regalaba una nota manuscrita que rezaba:
“ESTO TAMBIÉN PASARÁ”
Con los zapatos mojados y observando una nube sin inicio y sin fin, mi sensación tornó de inmediato de la resignación al sosiego, sabedor de que aquella llovizna infinita daría paso a un hermoso día soleado… algún día.
Y puestos a pasar, también pasará ese calor sofocante que tarde o temprano llegará y por fin volverá esta llovizna que tan harto me tiene ahora.
Y entonces, ¿qué es lo bueno y lo malo? ¿O es que simplemente queremos lo que no tenemos? Pues hace unos meses nos lamentábamos de la falta de agua y hoy nos quejamos amargamente en busca del sol.
Pero aunque el ejemplo sea tan apropiado en estos días, no te quedes en la literalidad de mis palabras y trata de encontrar cuál es tu nube hoy, descubre qué es esa lluvia que tanto te incomoda y los charcos que deja en tu camino. Y ahora recuerda que esto también pasará. Tan solo con la comprensión de estas palabras, estarás empezando a cambiar tu mundo, a cambiar nuestro mundo, llegando incluso a conciliarte con tu nube y llegar a verla con otros ojos, con otra sensación que te permita incluso restarle poder sobre ti.
Sonriendo a la vida
También siento decirte que estas palabras mantienen su certeza en el sentido contrario. El día que las recibí como regalo era un día especial, rodeado de mi gente, mis amigos, sintiendo el calor sincero de quien quiere compartir conmigo un ratito de su vida. La vida me sonríe y le devuelvo mi sonrisa, tengo salud, buena gente alrededor y una familia maravillosa, y sé que esto también pasará.
Llegarán los nubarrones y las sonrisas se convertirán en lágrimas, pero lejos de sentir tristeza por lo que perderé, angustia por lo que me puede llegar o miedo de que nada vuelva a ser igual, procuro disfrutar de todo a cada instante sin perderme en el mañana y descubrir que me han alcanzado las nubes sin que haya podido disfrutar del sol mientras duró.
Pues ten por seguro que las nubes volverán, y será entonces cuando debas recordar que no llueve eternamente y que esto también pasará.