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César Hernández

Pensamientos de Luz

Si vas a decir algo, que sea para mejorar el silencio

Ponte en acción y cambiará el mundo/ El cambio reside en la acción

Ese día, tras terminar de comer en un bar de la zona, tenía mucho tiempo por delante mientras llegaba la hora de la cita que tendría más tarde. El día invitaba a pasear y eso hice, recorrer todas esas calles que ya conocía y alguna más que me quedaban por conocer de ese Cáceres que tanto me gusta y que el destino ha querido que sea la única de las grandes ciudades de Extremadura en la que aún no he vivido. Grandes avenidas, árboles robustos y frondosos, el sol calentando mi cara, disfrutando de cada rincón y, de repente, como si de una bofetada se tratara, encuentro ante mí lo que el letrero decía que era una librería. Una humilde puerta de cristal y aluminio, flanqueada por dos escaparates más descuidados que humildes, con unas baldas semivacías pidiendo a gritos telas nuevas que sustituyeran a los descoloridos y más que amortizados trapos sobre los que reposaban un puñado de objetos tirados al azar. El resto del paseo se convirtió en un monólogo que me entretuvo hasta la hora marcada en la agenda.

Mi primer pensamiento fue el título que me trae hoy aquí. – Si el escaparate son las primeras palabras por las que te va a conocer la gente, para decir eso, ¡mejor quédate callado! Para seguir dando rienda suelta a las críticas hacia el creador de tal atrocidad. – ¿Quién puede estar detrás de tan semejante desastre? Seguro que un señor mayor, raro y huraño. ¿Qué despistado o desesperado se puede ver tentado a entrar, cuando desde fuera te piden a gritos que no lo hagas? ¿No tendrá a nadie que le aconseje? Sería mejor que empapelara los cristales. ¿Sacará para comer?

Tras unos minutos perdido en ese abismo, pronto sentí vergüenza de mis propios pensamientos, dándome cuenta de lo equivocados que estamos en tantas ocasiones en las que incluso las pruebas parece que nos den la razón. Y tornaron las preguntas hacia la experiencia que tendría ese señor a la hora de aconsejarme un libro o que en otras tiendas podré encontrar todos los títulos que quiera, pero si quiero comprar carboncillo y difuminos, esa librería sería mi primera opción.

Hace meses de esta experiencia que hoy resuena en mi cabeza. La memoria caprichosa había preferido recordar aquel escaparate, tan real como distópico, en vez del remordimiento postrero. Hoy me doy cuenta de que esto ocurrió unas semanas después del último post que compartí con vosotros. ¿Casualidad? ¿O es que llevaba meses pensando que mis palabras quizá no mejorarían el silencio? Creo que muy probablemente, mi cerebro más reptiliano me estuviera “ayudando” a sobrevivir entre tanta tensión social con la que estamos conviviendo desde marzo. Creo que mi amígdala me insuflaba el miedo inconsciente que me protegía de los demás. Creo que, sin llegar a pensarlo, pensaba que mis pensamientos no eran merecedores de ser escritos, o al menos compartidos. Y con todo, solo estaba seguro de una cosa: eso no es lo que quería.

He necesitado tirar de hemeroteca y recuperar aquel post de presentación en esta plataforma, para recordar el propósito de todo esto. Porque este soy yo, y que cada cual coja lo que quiera. Y sí, ese eres tú y tienes mucho que decir. ¿Pero qué hacemos con esos temores? ¿Mejorarán mis palabras el silencio? Difícil tesitura para un amante de la tranquilidad, el silencio y la soledad. Pero sin dudarlo, lo sacrifico todo por la grandeza de las personas, por la buena compañía y las grandes lecciones aprendidas en las conversaciones más intrascendentes.

Habla, cuéntalo todo, no dudes en hacerlo, que quien no quiera escuchar, desconectará y tú lo sabrás, pero seguro que hay alguien junto a ti que agradecerá tus palabras.

Ponte en acción y cambiará el mundo

Jamás olvidaré mi segundo cumpleaños, aquel 22 de febrero de 2015, precisamente en Cáceres, cuando conseguí quitarme esas cadenas que me mantenían apocado. Ese día, quien fuera mi maestra y que hoy es mi amiga, me mostró el camino que anduve sin dudar. Entre todos los regalos que me deparaba ese día, hoy recuerdo uno que desde entonces procuro inculcar a mis hijas. Ese día descubrí que la verdadera fortaleza reside en desnudarse el alma ante los demás, y que a su vez, eso te hará cada vez más fuerte. Pisar ascuas, bañarse en el ártico, parar balas con el pecho… Nada es comparable a decidir mostrar tus cartas, confesarte a voces, sabedor de que nada podrá hacerte daño. Como suelo decir, abrirte el pecho con las manos y gritar – ¡Este soy yo, ven y coge lo que quieras!

El día que te atrevas, el día que lo hagas, descubrirás que tus cadenas eran de papel. Como dice Tony Robbins, el poder reside en el conocimiento, pero la diferencia está en la acción. Por favor, no desperdicies tu poder, y pon tu conocimiento en acción, que sin duda hay muchas personas para las que tus palabras, siempre mejorarán el silencio.

 

 

 

 

Pensamientos de Luz

Sobre el autor

Ingeniero por vocación, coach por devoción, con el coaching y el Reiki he encontrado el equilibrio perfecto entre lo empírico y tangible con lo imperceptible y espiritual. Mi fascinación por la capacidad de la mente, generadora de realidades, y sus efectos sobre el mundo material, es la excusa perfecta para desgranar cualquier frase, sentimiento o pensamiento.Este blog nace con la simple intención de compartir mis soliloquios y divagaciones, sin más, así es que, si te gusta lo que ves, entra y coge lo que quieras.


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