Lánguida oscuridad, temblores nocturnos, gritos ensordecedores rompiendo el tenue silencio. Noches eternas hacen del calor del sol un breve recuerdo con sabor a añoranza. El susurro de los huesos te recuerda que todo ha terminado, que las sombras se apoderan de tu vida, sin que tenga sentido cualquier resistencia. Obligado por tus temores emprendes el abandono. Dolor en la piel. Tu verdugo te envuelve con sus garras, acuchillando cada milímetro de tu ser. Inhalas su veneno que se apodera de tu alma, jurándote que será la ultima vez, a sabiendas que nada puedes hacer…
… O SOBRE LA LLEGADA DEL INVIERNO.