El 5 de junio de 1987, un jarandillano, Pedro Núñez Robles, se proclamaba subcampeón de España de Pesca en la modalidad de salmónidos mosca. El lugar, Sort, archiconocida población de Lérida más famosa por una administración de lotería que por el deporte de la pesca. Ha pasado un cuarto de siglo y esa medalla de plata lograda por el pescador verato sigue siendo la única presea de la pesca a mosca extremeña.
Extremadura, gran potencia nacional del deporte de la pesca, sigue teniendo una laguna en esta disciplina de enorme prestigio nacional en la que aún los nuestros están un paso, o mejor dicho, un pasito por detrás de otras comunidades autónomas. Desde 1987 son muchos y muy buenos los mosqueros extremeños que lo han intentado, pero salvo alguna excepción muy puntual, los nuestros han cosechado siempre resultados más que discretos, si bien, en línea ascendente.
El próximo fin de semana, cuatro jóvenes extremeños participarán en el Campeonato de España de Salmónidos Mosca Juventud. Partirán hacia el País Vasco, hacia los ríos Leizarán y Araxes, con la ilusión lógica de participar en el evento y hacerlo muy bien, pero con muchos detalles colaterales y con el trasfondo de un reto tan complicado como atractivo, conseguir para Extremadura la única medalla colectiva que falta en el brillante currículum de la pesca regional, la medalla imposible, la que parece que nunca va a llegar pero que cada vez se ve más cercana.
Es la segunda participación de la selección de mosca juvenil en un Campeonato de España y la primera vez en la historia que una selección extremeña de pesca compite en el País Vasco y, en la mente, muy cercano el recuerdo de la gran actuación de los nuestros en su debut en Cuenca el año pasado cuando una sola trucha les privó del bronce, de esa dichosa medalla imposible.
Los placentinos Francisco Calle y Alberto Miranda, actuales campeones de España de pesca en otra modalidad, agua dulce U-18, menudo dato éste; el losareño Unai Fernández y el jarandillano, Óscar Gutiérrez serán los protagonistas del reto. Saben que son un buen equipo, pero saben que pueden morder el polvo de la peor manera en una disciplina dura y competitiva como pocas, en la que un mínimo detalle te condena al pozo de la clasificación.
Y mientras, en Jarandilla, Pedro Núñez esperará noticias. Elegante como pocos, a Núñez no le importaría lo más mínimo perder una exclusividad cuya sombra es demasiado alargada. El campeón verato desea fervientemente que sea un niño el que, 25 años después, ganara esa medalla imposible para la pesca extremeña. Él sabe, como todos, que el día que esto suceda la pesca extremeña habrá rebasado su última frontera, habrá derribado su última barrera.
Miguel Bonifacio. Presidente de la Federación Extremeña de Pesca