Son condicionales que pueden o no darse. Si eres nacionalista y pides respeto a tus ideas y símbolos y no respetas los de los demás entonces eres fuente de conflicto y te encuentras alejado de la convivencia pacífica. Si tienes ideas y convicciones republicanas y no respetas a los monárquicos o viceversa, o si tu bandera tiene colores diferentes a la mía y la abucheas entonces no pidas que respete la tuya.
Si vas de demócrata tolerante y conviertes la libertad de expresión en tu seña de identidad, pero no aceptas que yo también reclame mi derecho a expresar mis creencias entonces me desconciertas. Si vas de anticorrupción y no te enteras de que muchos de tu mismo grupo son corruptos entonces debes abandonar la actividad pública, no por falta de honradez sino por incompetencia. Si haces de la sanidad pública y universal un baluarte de tu ideología humanitaria y social, económica y política, pero tu hijo nace en una de las clínicas privadas más cara de la sanidad mundial entonces no eres coherente con tus ideas.
Si defiendes la educación gratuita en centros públicos, pero llevas a tus hijos a universidades privadas al alcance de pocos es que estás inmerso en una mentira. Si calificas de salvajada la tauromaquia y recibes en tu casa a una persona incapaz de condenar un atentado terrorista con seres humanos muertos entonces es que tienes una escala de valores perversamente enferma y no porque defiendas al toro.
Si predicas un Dios Amor y no eres capaz de acoger al hermano diferente a ti entonces no eres digno de seguir a ese Dios. Si hablas de la lucha obrera con el puño en alto y evades lo que ganas. Si haces una crítica continua del comunismo y vives placenteramente inmerso en el poseer cada día más, mientras otros padecen calamidades, pasándolo mal y con graves carencias, entonces te falta dignidad.
Si pides respeto para tu ateísmo e insultas y te burlas de mis creencias, entonces me generas mucha perplejidad. Si eres un gran defensor de la integración social y laboral de los sectores de población menos capacitada o favorecida debes facilitarle los medios para que puedan conseguirlo.
Ser de derechas o de izquierdas, homosexual o bisexual o heterosexual, comunista o capitalista, ateo o creyente, nacionalista o independentista, demócrata o tecnócrata, son diferentes maneras de estar en la vida. Lo que no se puede ser nunca es lo contrario de lo que se predica y autoproclamarse salvador. Cuando eso sucede entramos en un sin sentido desconcertante y generador de desfachatez, no ayuda a nadie y da mucha pena. Dedico estas líneas a las personas coherentes con sus ideales y creencias, coincidan o no con las mías.
Nos definen nuestros actos y finalizo con unas palabras de Jean Paul Sartre: eres dueño y responsable de tus decisiones y son las que van definiendo y modelando tu existencia.