Origen de la vida y fuente inagotable de las más diversas formas de existencias. Despensa agradecida y limitada que llena mesas y platos de sabrosos y suculentos manjares. Destino de muchos viajes de pasajeros ávidos de descanso estival y final de kilométricos recorridos de ríos. Hay personas que expresaron el peculiar deseo de que sus cenizas descansaran en sus misteriosas aguas y dejan en la orilla a familiares con los ojos llorosos y la voluntad cumplida.
Su belleza inspira a poetas y artistas que con sus palabras y pinturas nos deleitan. Es un buen amigo que entretiene con sus aguas chocando contra los castillos de arenas y los pies de sus pequeños constructores. Testigo discreto y buen confidente de apasionados enamorados que se declaran amores en sus orillas, con las miradas fijas en el rostro del amado y el corazón latiendo al ritmo de los sentimientos. Nunca fue a un conservatorio de música, pero es un habilidoso compositor de embriagadoras melodías con dulces notas que induce sosegados y reparadores sueños. Sus aguas saladas sanan la piel cuarteada con tan solo tocarla, como sabios dermatólogos preparados en las aulas de las más prestigiosas universidades.
De fuerte temperamento y caprichosa personalidad. Si se encuentra relajado es espejo de hermosas puestas de sol y de la tenue luz reflejada de la luna y si se enfada es un despiadado guerrero infalible con sus olas asesinas. A veces es un inmenso estanque de aguas tranquilas que mece barcas y cruceros y otras puede ser tsunami que destroza lo que encuentra a su paso. Gozamos de la suerte de sus dones y pagamos su capacidad destructiva.
Amante celoso de entregados pescadores y marineros que le dan su vida y nunca llegan a satisfacerle. Es fuente de continuos movimientos y energías que aún no sabemos aprovechar. Tiene la inmensa tristeza de ser recipiente de nuestras miserias convertidas en plásticos, colillas, papeles, latas y demás desperdicios que destrozan y afean su bello rostro y dañan su fondo. Su silencio nos cuestiona.
Muchos tesoros están depositados en su interior y sueñan con los ecos de la eternidad. Algunos desean ser encontrados y otros suspiran para continuar en sus aguas. Escenario de aventuras que inspiraron mentes y se convirtieron en entretenidas historias. Tan inmensos son sus límites que solo pudo ser creado por Dios y se lo regaló al hombre y a la mujer para que le acompañasen siempre, con el único compromiso de cuidarlo para futuras generaciones.
Todo esto y mucho más es el Mar o la Mar y tan importante es para la vida biológica, física, mental y espiritual que debemos cuidar con esmero. Si seguimos abusando de él, como hasta ahora, nos encontraremos con su deterioro, no habremos mantenido la herencia de nuestros hijos y la historia se acercará a su final. Ecología y supervivencia se unen y la vista ve lo que el oído oye y el olfato huele y el tacto toca y el gusto paladea y entre todos gritan desesperados que el Mar y la naturaleza nos necesitan y las necesitamos.