No cuestiono a las personas que deseen votar, tampoco a los que quieren independizarse, lo que no acepto es que la libertad a votar de unos se apoye en la tiranía de las propias ideas. Las leyes se han de respetar, eso no quiere decir que no se puedan cuestionar y cambiar.
Ni me sobra atrevimiento, ni me falta prudencia a la hora de poner título a esta reflexión. Que nadie busque en mis palabras ningún atisbo de color, ni de signo político, ni de progresismo o conservadurismo. Encuentren el deseo de concordia y de paz en un día que suena a enfrentamientos y sin razón. El 1 de octubre de 2017 representa lo que nunca debe ocurrir a un pueblo y nos invita a trabajar para que no vuelva a suceder. Es el fracaso de una sociedad y de unas personas en una época en la que la falta de diálogo y el quererse imponer a los demás impera. La confrontación entre poblaciones limítrofes, entre vecinos de la misma calle, entre miembros de una misma familia, es lo más cruel que puede padecer una sociedad y la nuestra lo vuelve a padecer.
Algunos continúan con la dinámica repetitiva de que estás conmigo o estás contra mí y es una manera irracional de estar en sociedad.
Ya se han realizado muchas reflexiones de lo sucedido y no es momento de pararse en más estudios. Es tiempo de construir, de mirar hacia delante, de buscar lo que nos une y no lo que nos separa. Es respetar la idiosincrasia de las diferentes partes de España, de las diferencias y de lo que nos asemeja.
Estamos en una democracia en la que se puede opinar, dentro de unos organismos internacionales que proporcionan consistencia y equilibrio aunque falte consolidación. Vivimos en una sociedad con el poder sanamente dividido y repartido y en la que se valoran las instituciones, a pesar de que algunos han caído en las garras de la imposición de sus propios criterios sin atender al orden previamente pactado por todos. Lo peor de la sin razón actual es la desesperanza y la pérdida de ilusión que genera en la mayoría de la sociedad. Construir a base de dividir es un atraso y ya llevamos bastante para perder más tiempo.