Las ilusiones y los problemas son dos pilares en los que se sustentan nuestras existencias y están presentes en todas las personas.
Las ilusiones se cuidan, protegen y potencian y los problemas se analizan para saber si tienen solución o si hemos de vivir con ellos pero desde la aceptación, o en el peor de los casos, con paciencia. Hemos de potenciar las actividades sencillas de cada día, como ese paseo que nos relaja, el rato con el amigo, la comida preferida, una buena película o un interesante libro. Es importante mantener la imagen física, cuidarnos en las formas y en el fondo, descubrir lo que nos gusta es vital para desarrollarnos y crecer. Las ilusiones son las únicas que pueden presentar batalla a las dificultades y contrariedades diarias.
En cuanto a los problemas, siempre debemos plantearnos una pregunta inicial, ¿tienen solución? Si la tienen, entonces hemos de encontrarla, ya sea solo o con ayuda de alguien y si no, debemos dejarlos pasar.
Me atrevo a sugerir algunos puntos para que resulte más fácil superarlos. El primero consiste en no adelantarnos, no fantasear con lo que puede venir en el futuro (“y si…”) porque nuestras mentes suelen irse a lo peor, al desastre. Si mañana amenaza lluvia y he de viajar, lo que me corresponde es poner a punto el coche y nada más.
Otro es dar soluciones reales a problemas reales, nunca procuremos encontrar soluciones a problemas imaginados porque es imposible o, simplemente inútil. Tomarme un analgésico por si acaso me duele la cabeza, tan solo sirve para confundirme.
Vivir el presente desde lo real y con positividad, optimismo. Muchos éxitos nacen de situaciones que pidieron heroicidades. De momento duros nacen personas mejores, más sensibles, dialogantes y tolerantes.
Recuerdo un estudiante de último curso de medicina el primer día que acudió a mi consulta, me preguntó: “¿cómo es posible que me den ataques de ansiedad? menudo médico voy a ser”. El tiempo me ha dado la razón cuando le respondí que esa ansiedad le proporcionaría una perspectiva nueva de paciente y que le ayudaría a ser un gran médico. Se ha cumplido.
En la vida todo tiene su lado bueno y su lado malo, busquemos con ahínco el primero y nos irá mucho mejor, aunque he de reconocer que son muchas las situaciones en las que es muy difícil, casi imposible, encontrar lo positivo. Les dedico mis palabras a las personas que nos ayudan a descubrir la hermosura del ser humano.