Me gustaría que no se convirtiera en una más de tantas, pero me temo que habrá nuevas muertes de mujeres inocentes. Es un crimen deleznable y horroroso, sin sentido y absurdo, nada puede explicarlo y siempre estará presente en las mentes y corazones de los que le querían y rodeaban.
Estos sucesos nos vienen a recordar lo vulnerable que somos y lo cerca que está nuestro raciocinio de la irracionalidad más destructiva, hasta el punto de que podemos matar a quienes creemos amar. Contradicciones trágicas de la vida.
La noticia estará en todos los medios de comunicación durante unos días hasta que nos volvamos a olvidar. Los profesionale de salud mental hablan de trastornos de personalidad, de personas con problemas para controlar sus impulsos destructivos, con celotipias y sentido de posesión sobre la vida de las que son o fueron sus parejas. No son capaces de experimentar sentimientos de empatía, ni de ponerse en el lugar del otro, ni de entenderle y respetarle.
En ellos se da la satisfacción de «lo que no puede ser para mí, tampoco lo será para otros», no tienen sentimientos de culpa ni arrepentimiento porque se creen en posesión de la razón.
Una sola muerte por violencia de género es excesiva, no digamos si hablamos de decenas de mujeres muertas cada año. Deseo que las medidas adoptadas para proteger a las personas amenazadas sean realmente efectivas y podamos decir que se ha solucionado este grave problema planteado.
Por todas las víctimas de violencia de género.