Mis primeras peticiones son salud y dignidad para todas las personas de buena voluntad y corazón. Mi segunda es conversión para los que hacen de la violencia y el engaño su modo de vida y un Sistema Judicial justo.
Escribo estas líneas con pena, mujeres mueren porque algunos hombres las han matado. Y esta pena se hace mayor al ver cómo los violentos están logrando que la inmensa mayoría de hombres y mujeres pacíficos y buenos se enfrenten entre sí.
Pido a los Reyes Magos que nuestra inteligencia y nuestra capacidad de justificar hasta el infinito no nos confunda. El culpable no es la chica que pasea por las calles, lo es el asesino y una sociedad apática y enfrentada.
Pido que sea un año de crecimiento económico y de mejora del nivel de vida de España y de todos los españoles y residentes, comenzando por las familias y personas con más necesidades. Esto será clave para asegurar el gran logro de la sanidad universal y gratuita, las jubilaciones y prestaciones sociales, las pensiones de nuestros mayores.
No podía faltar en mi carta la petición por una educación digna para todos, en la que los fracasos escolares, la indecencia y la intolerancia sean cambiados por un nuevo estilo de educación basada en valores, con especial presencia del respeto, la calidad, la templanza y el esfuerzo. Deseo que nos llegue una educación que prepare a nuestros estudiantes para la vida social y laboral. Dios quiera que pronto tengamos el reconocimiento oficial mediante títulos y ciclos formativos para los alumnos que superan sus adaptaciones curriculares.
Termino pidiendo capacidad de diálogo de uno consigo mismo, con los demás, y también a nivel de las instituciones y entre las comunidades autónomas para que los muchos pueblos de la geografía española puedan seguir creciendo desde lo común y desde la especificidad. Tan importante es fomentar los aspectos comunes como favorecer las diferentes expresiones individuales, con el denominador común de que sirvan para mejorar y nunca para empeorar. Qué necesario es la paciencia y la prudencia en estos temas de los intereses particulares y grupales.
Mis queridos Reyes Magos, nunca dejéis que pierda la magia de la utopía y del deseo de que se transforme en algo real.