La educación es el camino para triunfar en la vida, tarea para nuestro día a día . La educación nos ayuda a recorrer el largo camino desde la ignorancia hasta el conocimiento del bien si queremos ser ciudadanos justos en una sociedad justa y así ser feliz.
Alumnos:
Algunos son estupendos y otros presentan algunas dificultades. No todos son y sirven para lo mismo y mal nos iría no tenerlo en cuenta, nos generaría frustración y fracaso. Los alumnos, los niños y niñas, nuestros hijos son únicos e irrepetibles y de ellos debemos sacar lo mejor.
Son más o menos inteligentes, inquietos o tranquilos, pacíficos o provocadores. Los tenemos que siguen las normas y los que les cuesta más. A TODOS DEBEMOS EDUCAR Y ACOMPAÑAR en su proceso de hacerse hombres y mujeres. Acercarse a ellos y conocerlos sin pre-juicios es requisito fundamental para no caer en discriminaciones. Hemos de reconocer que no con todos se trabaja igual, con algunos resulta más difícil y son con los que debemos comprometernos más porque todos somos necesarios para formar una Sociedad viva.
Qué queremos conseguir:
Niños y niñas alegres, lejos de los agobios de interminables jornadas que les agota y estresa. Necesitamos personas confiadas en sus posibilidades, con buena autoestima, con capacidad para afrontar los estudios y que disfruten de la vida.
Personas que ayuden a cambiar el mundo, que actúen sabiendo que su conducta no solo les mejorará a ellos sino a toda la humanidad.
Educadores:
Deben sacar lo mejor del alumno, potencian las cualidades y liman los defectos, con dedicación, afecto y determinación. Respetando la individualidad y atendiendo al resto de los formadores (padres, otros educadores, compañeros) porque es fundamental estar coordinados.
Resultado final: tener personas buenas y formadas.