Escribo estas líneas con preocupación y respeto y sin tener en cuenta el color del partido que gobierna. Mi llamada de atención no pretende ser una crítica a un gobierno, es una crítica a la situación que vivimos los extremeños.
En España somos 17 comunidades autónomas, más Ceuta y Melilla y deberíamos tener a nuestros gobernantes centrados en la vida de todos sus ciudadanos, sin discriminar a nadie. Extremadura tiene necesidades evidentes que nos mantienen año tras año viviendo en la precariedad de subvenciones y subsidios, cuando lo que deseamos son trabajos con salarios dignos y unos precios justos. Nuestro espíritu pacífico no nos ayuda a tener los que otros sí tienen.
Es urgente el desarrollo de infraestructuras para salir de la precariedad de una economía nada competitiva. Necesitamos un tren digno ¡Ya! A las infraestructuras le acompañan la creación de empresas, unos precios competitivos de los productos del campo y la ganadería. El turismo, la vivienda, la regeneración política, las relaciones entre comunidades y con el exterior y muchos otros temas que están esperando su desarrollo.
Los extremeños necesitamos y queremos trabajos, una educación inclusiva digna y de calidad, un presente que nos permitan ver el futuro con algo más de optimismo. No queremos seguir despidiendo a nuestros jóvenes porque aquí no tienen salidas profesionales.
Extremadura se merece más.