Me dirijo a ti que tienes el derecho a votar: Si tu partido, sea cual sea, antepone los intereses de su líder y del partido a los de los ciudadanos y a los tuyos, te pido que te replantees una vez más a quién dar tu confianza en las próximas elecciones.
Un juego de niños que no se pueda tocar por miedo a romperse sirve para poco. Una comida insípida y poco agraciada no es digna de un restaurante que pretende hacer de la excelencia su carta de presentación. Un coche precioso y de diseño novedoso guardado en el garaje porque no arranca no cubre las expectativas del viajero.
Llevamos muchas semanas, meses, escuchando lo mismo en los informativos y tertulias de todas las cadenas de televisión y radio. Parlamento fraccionado e incapacitado para llegar a acuerdos. De nuevo se cumple la profecía de que no son capaces de anteponer el bien de España a los propios del partido y de ellos. La política de Estado con estos políticos ha muerto. Ahora una nueva campaña de promesas y descalificaciones al adversario en espera de los resultados de las elecciones de noviembre. Más gastos y reformas necesarias que no llegan.
No vivo de la política, pero me considero político porque me interesan los asuntos de la sociedad. La política es para personas con capacidad para exponer ideas e inquietudes, para escuchar a los ciudadanos y al resto de las opciones políticas, y para hacer del diálogo una de sus máximas diarias. Hacer política es llegar a acuerdos con el fin de que los ciudadanos vivan mejor, con más facilidades y menos problemas. Los políticos que no solucionan y sí generan problemas deben retirarse y dejar su puesto a otros. El objetivo de llegar a acuerdos no es salir en los medios de comunicación estrechando la mano del amigo o del que se parece a mí, es cumplir la misión recibida de los votantes para que mejoren la convivencia.
La economía y el mercado laboral, las relaciones de las comunidades autónomas con el Estado, el papel en Europa, reformas sanitarias, una adecuada ley de educación y un largo etcétera no deben esperar más. Todos los partidos políticos y sus líderes han fracasado. A mí me exige la ley, como psicólogo, un seguro de responsabilidad civil y ellos deberían tener un seguro de responsabilidad ciudadana que valorase si son personas adecuadas para la política porque somos millones los que padecemos sus negligencias y errores.