Muchas veces, sólo basta con recordar para quitar caretas. Luiz Felipe Scolari (Passo Fundo, Río Grande do Sul 1948) es un entrenador que ha demostrado su capacidad cuando ha estado rodeado de brasileños. Lo hizo en su primera etapa en Brasil, cuando en 2002 levantó la Copa Mundial en Japón gracias al recuperado Ronaldo y una mala noche de Khan en la gran final. Luego, con el brillo de la estrella mundial intentó dar el salto a Europa. Portugal, la madre patria, le llamó para la Euro de 2004. Eran los anfitriones, el momento ideal de una generación de oro que había asombrado en el mundial juvenil años antes liderada por Figo (Rui Costa, Fernando Couto, Joao Pinto, Peixe o Capucho). Buenos futbolistas pero quizá faltaba un organizador. Scolari pensó entonces que el motor del Oporto de Mourinho, que venía de ganar la UEFA y caminaba directo al título de la Champions era la mejor solución para su centro del campo.

Deco (San Bernardao do Campo, 1977) fue reclutado para su misión europea pese a las quejas públicas de Luis Figo. “Si naces chino sólo deberías poder jugar con China”, dijo el ‘7’ luso que temía por la titularidad de su amigo Rui Costa. La derrota en la Euro a manos de Grecia, contra la que perdió el primer y último partido del torneo, no cambió la idea de Scolari. Deco, elegido mejor jugador de la final y del torneo, seguiría siendo su motor. Pese a las críticas y las adhesiones que sumaba Rui Costa. De hecho, cuatro años después rebuscó la manera de nacionalizar a Pepe (Maceió, 1983) y le hizo debutar en un partido oficial ante Finlandia en 2007. Con ambos sobre el césped, Portugal cayó en los cuartos de final de la Euro 2008 ante Alemania. El mismo rival que ya les habían quitado el tercer puesto en el Mundial de 2006, torneo en el que Portugal (con un Cristiano ya más maduro que dos años antes) alcanzó las semifinales. 

Consideró finalizada su etapa y después de un paso desastroso por el Chelsea fue capaz de ganar la Liga de Uzbekistán con el Bunyodkor y la Copa brasileña con Palmeiras. Volvió a la selección brasileña con el objetivo de ganar el título mundial 12 años después. El jueves se quejó de que la FIFA podría permitir a Diego Costa jugar con España…. después de no incluirle en su lista para los amistosos ante Corea y Zambia. Pese a que hizo debutar al rojiblanco ante Italia, confía más en Jo y Hulk, los puntas con los que ganó la Copa Confederaciones (ante España) y esta vez optó por Pato.

“Es una norma retrógrada. Recuerda a los años 50, en los que Di Stéfano jugó con Argentina y España. También pasó con Altafini o Puskas. No veo lejano el día en que un país contrate a veinte buenos jugadores y monte una selección“, dijo Scolari. Es curioso, hace sólo 5 años no le parece la norma igual. Lo que cambian las ideas de uno sobre el mismo tema. Ha pasado un lustro. Y Felipao ha demostrado tener memoria selectiva.

PD: Habrá que ver si Del Bosque llama a Diego Costa. Por méritos deportivos merecería ir, pero en las últimas citas hemos visto que esos no son los únicos parámetros para tomar esas decisiones.