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Carolina Díaz Rodríguez

Solita en Cáceres

Mi primera vez

El domingo sucedió. Sí, pasó eso para lo que nunca me había sentido preparada. Un rato antes de entrar en el Burger King, había intentado convencer a mis compañeras de clase para ir a cenar a otra parte y cuidar un poco mi dieta. Indecisa, por no saber si optar por una ensalada caesar o un menú ahorro, me puse en la cola para pedir. Y allí estaba él, aquel chico que minutos después me dejaría sin palabras y me sonrojaría. Mientras me preguntaba qué refresco quería me miraba con intriga, cuando pedía la salsa para los nuggets parecía querer atreverse a decir algo, y cuando me dio el ticket para irme a la cola de esperar la comida, no pudo contenerse: “¿Tú eres la que escribe en el Hoy?”

Caminando por la calle, tomando café en una terraza o en eventos deportivos y culturales había visto cómo a compañeros escritores los abordaban y les decían que los leían, lo mucho que les gustaba y en algunas ocasiones, hasta opinaban sobre sus escritos. Yo aquella noche, cuando entré en el Burger King, lo último que imaginaba es que el chico que me atendería, leyera mi blog.

Aunque la gente siga sin creer que soy tímida, por mi manera de escribir o por unas cuantas copas, en un estado normal, serena, me cuesta hasta mantener la mirada, me pongo nerviosa. Tras aquella pregunta que nunca imaginé que llegaría, porque me cuesta creer que a la gente le interesa lo que cuento, entré en estado de shock, temblor y tartamudeo. Debí poner cara de boba. Sonreí por no saber que decir y afirmé con un tímido movimiento de cabeza.

A partir de ese momento y hasta que me fui del Burger King, cambiaron las tornas. Ahora era yo la que lo miraba a él, incrédula, en una nube. Daba un mordisco a mi hamburguesa de pollo y lo veía a lo lejos, despachando la cola en la que un rato antes me había hecho sentir especial. Soy partidaria de que las primeras veces, en cualquier cosa, cuanto más raras mejor, más se recuerdan. Me alegro de que no haya sido paseando por la calle o en la terraza de un bar. Siempre sonreiré con cara de boba cuando pase por el Burger King de la calle Gómez Becerra

Carolina Díaz tiene 19 años, vive en Arroyo de la Luz y estudia Filología. Cada amanecer coge el autobús a Cáceres. Por la mañana va a la universidad, por la tarde graba vídeos y por la noche vuelve a casa en bus. Solita en Cáceres es la cara oculta de sus grabaciones para las secciones Cáceres Insólita y Mira Quién Habla.

Sobre el autor

Carolina Díaz, vive en Arroyo de la Luz y estudia Filología. Cada amanecer coge el autobús a Cáceres. Por la mañana va a la universidad, por la tarde graba vídeos y por la noche vuelve a casa en bus. Solita en Cáceres es la cara oculta de sus grabaciones para las secciones Cáceres Insólita y Mira Quién Habla.


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