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Carolina Díaz Rodríguez

Solita en Cáceres

'Ola k ase'. Expresarse mal es gracioso

Estas Navidades pensaba que iba a echar más de menos a Nazaret, mi compañera de clase, y su habla fontanesa. Me veía llamándola algún día solo por la necesidad que tendría de escuchar su seseo, al que tanto me había acostumbrado. Sin embargo, no me han hecho falta sus: ¿Hola, qué hases? O sus: ¿Qué dises? Se ha puesto de moda enviar imágenes con animales, bebés … y a estas alturas ya todo tipo de cosas, con el siguiente texto añadido en la imagen:Ola k ase, y ahora tengo todo el día a Nazaret en la cabeza.

Esta expresión se considera graciosa. Y como todas las modas, ahora mismo se me viene a la cabeza la de poner shu delante de todo (shu morenito, shu colega…), está petándolo en las redes sociales, sobre todo en Twitter, donde por las mañanas temprano, cuando la gente se levanta, suele dar los buenos días con un ‘Ola k ase’, una veces acompañándolo de la imagen más fea que encuentren, otras veces a secas.

A mí estas modas no me gustan, de hecho, las llevo bastante mal, no consigo verles la gracia. Es como el Gangnam style, el otro tema del momento, el baile del caballo, que no me transmite nada si no voy borracha un sábado a las cinco de la madrugada o lo hace Santiago Segura en “Tu cara me suena. Sin embargo, a mí la música no me incumbe tanto, pero como buena filóloga, que hagan tan mal uso del lenguaje, llega a parecerme aberrante.

A estas alturas de mi vida, a mis veinte años, estoy intentando perder el lenguaje sms y escribir en Twitter o en Line como la normativa  dice, con  tildes y  comas en sus debidos espacios y palabras enteras, sin saltarse letras, a pesar de que me lleve más tiempo o desesperación en algunos casos, cuando yo llevo una frase y la persona que me escribe, cuatro. Todo esto lo hago por los exámenes, esos en los que alguna vez se me ha escapado un ‘xk’, un ‘tng’ o un ‘cnd’ sin querer.

Espero que, igual que el Gangnam Style va a caer en el olvido como el Chiki Chiki, el ‘Ola k ase’ desaparezca pronto, porque no sé si esto me ayudará a que llegue a sesear algún día, pero sí a que pueda meter la pata inconscientemente en algún examen.

Carolina Díaz tiene 19 años, vive en Arroyo de la Luz y estudia Filología. Cada amanecer coge el autobús a Cáceres. Por la mañana va a la universidad, por la tarde graba vídeos y por la noche vuelve a casa en bus. Solita en Cáceres es la cara oculta de sus grabaciones para las secciones Cáceres Insólita y Mira Quién Habla.

Sobre el autor

Carolina Díaz, vive en Arroyo de la Luz y estudia Filología. Cada amanecer coge el autobús a Cáceres. Por la mañana va a la universidad, por la tarde graba vídeos y por la noche vuelve a casa en bus. Solita en Cáceres es la cara oculta de sus grabaciones para las secciones Cáceres Insólita y Mira Quién Habla.


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