>

Blogs

Carolina Díaz Rodríguez

Solita en Cáceres

Pánico escénico

Tengo pánico escénico y mi carrera, Filología Hispánica, no es compatible con esto. Cuando tengo que hacer alguna exposición oral  -muy a menudo- busco alternativas. Mis profesores están encantados: mientras toda la clase muestra un Power Point y explica el temario, yo hago algo insólito que a ellos les parece dificilísimo: realizar un montaje de vídeo.

La primera vez que hablé ante un público lo hice en el instituto, cuando presenté ante mis compañeros y profesores, el libro de Alonso de la Torre 366 paseos por Extremadura.  Hasta entonces, nunca había escrito nada serio. Una hora antes de realizar la presentación, estuve dando vueltas por el patio para relajarme, mientras Alonso lloraba en los aseos porque se emocionaba al recordar aquellas aulas, aquellos alumnos que lo buscaban, algunos también entre lágrimas. Yo leí, la gente se divertía y yo no miraba al frente, por miedo a perder la línea por la que iba.

El día de mi graduación, me atreví con el discurso de final de curso, representando a todos mis compañeros. Fue en el Corral de Comedias de Arroyo. Yo tenía un poco más de seguridad que la primera vez, pero al subir al escenario empezaron a temblarme las piernas. El día de la presentación del libro de Alonso, yo estaba sentada. Sin embargo, aquí estaba de pie y con tacones. La voz se me quebraba cada vez que intentaba mirar al frente.

Al empezar la carrera -estoy en el segundo curso- perdí mucha confianza en mí: quería participar en algún debate de clase, pero tenía pánico solo de pensar que al escuchar mi voz, mis compañeros, esas caras extrañas que tenía a mi alrededor, me mirarían. Ya no eran mi Lorena, ni mi Vicky, las compañeras de toda la vida del instituto de Arroyo.

No sé en qué momento perdí no solo la confianza, sino también la valentía. En la asignatura “Historia de España” teníamos que realizar una exposición sobre el franquismo. Sentí que ante un aula llena de desconocidos, donde el nivel estaba muy alto, no podría competir. Convencí a mis compañeros de grupo, que al principio no se fiaban de mí, para hacer un vídeo y también convencí a Alonso de la Torre para que participara.

Alonso era la voz culta del video: contaba cómo era el Cáceres que él conoció en el franquismo. Nos mostraba sus libros de clases: la cartilla Rayas, que servía para hacer caligrafía; el catecismo del padre Astete; y un cómic, “El camarada”. También nos enseñaba su carnet de universidad, su carnet de árbitro de baloncesto…

Reconozco que a veces abuso de la ayuda de Alonso. Tengo mucha suerte de poder contar con él. Ha vivido tanto, que puede participar en cualquier tema de mis trabajos. El último ha sido de Teoría de la Literatura.

Mi hermano tiene 7 años. El día de la Luz vino con Alonso y conmigo a grabar Cáceres insólita y desde entonces, me pongo un poco celosa: mi hermano y Alonso juegan a presentar programas de televisión ficticios y a grabarse con la Nintendo. Sé que algún día Alonso me cambiará por él.

Para el trabajo de Teoría de la Literatura, tenía que explicar las diferentes voces narrativas. Alonso y mi hermano me ayudaron. Reconozco que ahora, más que pánico escénico, lo que siento al hablar en público es aburrimiento. Sin embargo, grabarme con mi hermano o hacer una voice-over con Alonso es muy divertido.

El semestre pasado, tuve que hacer una exposición en clase sobre el libro “La seducción de las palabras” y ambienté mi trabajo en el sexo y la política. No pude hacer un video. No fue porque me censuraran escenas pornográficas ni nada por el estilo. Yo solo sé que después de toda la noche sin dormir, nerviosa, preparando la exposición, al colocarme frente a la clase empecé a sudar, a ver doble. Expuse sin leer ningún papel, pero me salió fatal y no disfruté. Haciendo vídeos con mi hermano y con Alonso, me lo paso muy bien y los resultados son mejores.

Carolina Díaz tiene 19 años, vive en Arroyo de la Luz y estudia Filología. Cada amanecer coge el autobús a Cáceres. Por la mañana va a la universidad, por la tarde graba vídeos y por la noche vuelve a casa en bus. Solita en Cáceres es la cara oculta de sus grabaciones para las secciones Cáceres Insólita y Mira Quién Habla.

Sobre el autor

Carolina Díaz, vive en Arroyo de la Luz y estudia Filología. Cada amanecer coge el autobús a Cáceres. Por la mañana va a la universidad, por la tarde graba vídeos y por la noche vuelve a casa en bus. Solita en Cáceres es la cara oculta de sus grabaciones para las secciones Cáceres Insólita y Mira Quién Habla.


mayo 2012
MTWTFSS
 123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
28293031