Hace unos años eran unos pocos los que practicaban la carrera a pie, pero cada día son mas los ‘enganchados’ a este deporte. Para mí existe una pequeña diferencia entre lo que entiendo por practicar ‘atletismo’ y hacer ‘running’. Lo primero conlleva el paso por escuelas específicas así como la pertenencia a un club en el que aprender las diferentes disciplinas que componen este deporte para después elegir, si es el caso, una especialidad en función de las aptitudes del atleta: velocidad, fondo, saltos o lanzamientos.
El running es una práctica más extendida y autodidacta en muchos casos que engloba tanto a corredores experimentados como ocasionales. Es interesante acercarse a una prueba de asfalto y disfrutar de la variedad de corredores que la disputan; desde los más entendidos en cuestiones de ritmos, entrenamientos y material, que corren hasta la extenuación para parar el crono en su mejor marca y batir a sus compañeros en el sprint final, hasta aquellos cuyo objetivo es terminar pero que poco a poco van dejándose seducir por un deporte que han empezado a partir de los 30.
Todos ellos tienen un denominador común; la ilusión y el reto de afrontar la línea de meta dando lo mejor de sí, algo que se transmite y empapa el ambiente. Esta ilusión repercute directamente en la rapidez con la que se terminan los dorsales de pruebas de asfalto emblemáticas de 10 kilómetros, san silvestres y maratones, como es el caso de la de Barcelona celebrada el pasado domingo con más de 19.000 inscritos. En Extremadura también ha sido formidable la participación de las dos últimas competiciones de asfalto, como la Media Maratón ‘Mérida Patrimonio de la Humanidad’ con más de 900 participantes llegados a meta y con un ambiente magnífico de público en sus calles y la XX Maratón Ciudad de Badajoz donde terminaron más de 500 corredores. En ambas pruebas, además, se proclamaron los campeones de Extremadura de media maratón y maratón respectivamente.
Otro factor a tener en cuenta es la edad media de los ‘runners’. Hasta hace poco, la actividad física era cosa de niños y jóvenes y no eran pocos los que se quedaban extrañados al descubrir que tu hobby y pasión era correr. Los que antes éramos considerados ‘bichos raros’ hoy no nos sentimos solos, las típicas bromas de «te echo una carrera» al ser presentada a alguien quedan sustituidas por «¿A cuánto corres el 10 kilómetros? o ¿Cuál es tu próxima carrera?».
Entre nosotros entendemos la preocupación de no poder seguir el plan de entrenamiento y no somos capaces de explicar la importancia y bienestar que nos reporta el entrenamiento y la competición. He visto cómo adolescentes que odiaban correr, gente con sobrepeso y fumadores empedernidos han sido ‘abducidos’ por la religión del running abandonando sus antiguos hábitos y aprendiendo a disfrutar de una mañana de domingo, dorsal en el pecho, esperando escuchar y oler la pólvora del disparo de salida. Para todos ellos «CHAPEAU».