Incluso aquellos sectores menos entendidos en materia deportiva presuponen la importancia y el valor que un segundo adquiere en el ámbito del deporte. Cuanto más si le preguntáramos a un deportista profesional, que encuentra la razón de su entrenamiento diario en esa aspiración futura de rebajar el propio registro.
Imagino que todo el mundo entiende que una fracción de tiempo puede ser la diferencia entre el fracaso y el éxito, fracciones ínfimas en deportes de velocidad, y mas amplias, aunque a veces haya que recurrir a la tecnología para decidir el vencedor en las pruebas de fondo. En deportes de equipo un jugador que llegue antes a una situación que su oponente tiene mas posibilidades de ejecutar técnicamente el gesto correspondiente. Cada deporte tiene sus propios ejemplos que afianzan una conclusión; sólo el más rápido y sólo el mejor llega antes a meta. En eso se basa el deporte, en el espíritu de superación, lucha y ambición de ser el primero. Sólo a uno se le otorgará ese título de “el mejor” y sin embargo una dura competencia hará sacar lo máximo de cada competidor entrando en juego la belleza en sí, el espectáculo de asistir a un encuentro entre contrincantes expertos y de fuerzas parejas. Todo esto lleva intrínseco un trabajo y dedicación que pocos conocen, una disciplina ejemplar. Y algunos pensarán, e incluso en desafortunadas intervenciones, verbalizarán: ¿Y qué más da correr un minuto más rápido? Pues a esto yo respondo; puede que le de igual al amante de la mediocridad. ¿Qué más da quedar segundo que primero? ¿Qué más da si ningún extremeño acude a unos juegos? ¿Qué más da el deporte de competición, o el deporte en sí?
Otro debate sería hablar de la importancia y trascendencia del deporte de competición en el día a día. El deporte (y al igual otras materias como el arte, la música, la literatura..), no es imprescindible para la supervivencia del hombre pero nos mantiene vivos y nos divierte además de ayudar en la evolución, desarrollo, investigación y conocimiento de nuestra naturaleza humana, la actividad y medios involucrados. Nos aporta esa ilusión necesaria para que cada día cuente y esa motivación la puedes encontrar en la actividad física, al igual que otros la hallan en la pintura, lectura o el baile. Estoy segura de que cualquiera que sea tu actividad y afición te exigirás al máximo, disfrutando al intentar alcanzar tu perfección personal más si cabe cuando dependes económicamente de ese segundo más rápido. Trasladándolo a otro ámbito, yo podría expresarme con menos de 500 palabras y sobreviviría y sin embargo prefiero disponer de un registro de 3.000 para hacer mi conversación más amena. ¿Y qué más da si me voy a hacer entender igual? Seguramente me haré entender pero no comunicaré de la misma manera. A lo mejor resulta que no da igual esforzarse al máximo y aportar algo, digamos que ese alguien que se esfuerza y al que no le da igual ese segundo es Bolt y que quiere demostrar al mundo entero que el hombre es capaz de correr un segundo más rápido…