Hoy quería hacer algo original, pero la semana pasada descubrí que no lo era tanto…aún así voy a intentarlo. Quería escribir una carta, dirigida a mis hijos, que algún día leerán, y dirigida a todos los que les gusta esto de correr y saben los esfuerzos que supone, pero al final para no hacer lo mismo… se la escribiré a todos los que me quieran leer y entender…así que , esta es mi entrada de hoy:
Esta semana es diferente. Después de muchos meses trabajando duro, corriendo mucho, asumiendo sacrificios, entrenando cuando y como podía, haciendo kilómetros cuando el cuerpo me pedía muchas veces acostarme y no levantarme…después de todo eso, este Domingo llega el Maratón de Lisboa, la segunda vez que trataré de recorrer los 42 kilómetros y 195 metros que suponen la distancia de Filipides.
Han sido semanas y meses en las que he descubierto muchas cosas, en las que he vivido unas sensaciones maravillosas en este deporte porque he descubierto que el deporte más individual del mundo puede convertirse en el deporte más de equipo del mundo. cinco amigos en la distancia hemos preparado el maratón…y lo hemos hecho juntos, porque hemos sufrido juntos, nos hemos lesionado juntos, nos hemos caído y levantado juntos…hemos vibrado con los progresos, hemos alimentado la fe en poder llegar…y hemos soñado con que este domingo a las 08:30 estaríamos en la salida de Cascais. Y si en estos días no nos pasa nada…los cinco estaremos.
Juan, David, Pedro y Marcelino han sido la mejor compañía que alguien puede tener en un largo camino, han sido el ánimo cuando uno lo está pasando mal, han sido la motivación, la risa, el pañuelo de lágrimas algunos días…la fuerza, la voluntad, la constancia…y es que el atletismo popular es todo eso…y requiere de todo eso…y necesita que pongamos todo eso encima de la mesa para poder mover nuestros muros, para poder saltar nuestras propias limitaciones físicas y de tiempo para poder preparar estos 42k.
Cada uno tendréis vuestra historia, yo tengo la mía. Yo he preparado esta carrera corriendo por Talavera, Badajoz, Rota, Lisboa, Bruselas, Santa Marta, Alange, Madrid y Salónica…en todos esos sitios han caído kilómetros enfocados a correr este Domingo en Lisboa con el corazón pero con un mínimo de garantías de poder acabar la carrera. Cada uno tenéis vuestra historia, pero a mi esto me supone entrenar a las 7 de la mañana y caerme porque no veía , o a las 11 de la noche en el polígono de Talavera, sí, en el polígono. cuando paséis por la noche por la autovía y veáis alguien correr…es muy probable que sea yo. Todo supone un sacrificio, supone mucho trabajo y supone saber de donde vienes y a donde quieres ir y que para hacer ese camino tienes que caminar de la mano de la constancia y el sacrificio.
Y no es un camino fácil. Yo cuando el Domingo si soy capaz de cruzar la meta mire al cielo…recordaré a mi madre que me hizo lo que soy, que me hablaba cuando los estudios se atravesaban del valor del sacrificio y el trabajo y me motivaba a hacer bien las cosas…y este Domingo también de me acordaré de una amiga que se ha quedado en el camino, que hoy me la encontré y está triste…porque el camino ha sido el mismo que nosotros, los esfuerzos los mismos, los sacrificios los mismos…el calor sufrido, los dolores, los momentos de soledad…todo igual, pero una lesión a 10 días de la carrera le va a impedir disfrutarla. Yo correré por mi, pero me acordaré de ella , que quería correr su primer maratón pero se ha quedado en el camino. ¿Sabéis qué? Que solo se consigue lo que se intenta…y ella lo ha intentado…y estoy convencido que lo conseguirá muy pronto, en cuanto se recupere de su lesión. Las lágrimas de rabia de los corredores populares es gasolina para nuevos retos…y ella los tomará muy pronto. Estoy convencido.
Es la cara triste de lo que es preparar un maratón, que tiene muchas caras positivas ya que encuentras dentro de ti sensaciones y fuerza que no sabías que tenías. Quizás exagero un poco todo…no lo se, realmente los que me leéis y habéis corrido esta distancia sabéis el esfuerzo que cuesta llegar hasta la línea de salida…y hasta la de meta…y que supone un reto físico y mental que no puedes perder, que tienes que ganar. Y eso es algo que me gustaría transmitir a mis hijos, no ya en el deporte, que lo harán si les gusta, pero en la vida. Nunca hay obstáculos insalvables si se tiene el coraje y la constancia necesaria para asumir los retos. No hay nada que no puedan hacer si trabajan para conseguirlo. No hay puerta que no puedan derribar si con sacrificio y fe trabajan para hacerlo. Al final , en el deporte y en la vida, todo trabajo tiene que tener una recompensa.
Yo , el Domingo, en Cascais ya me sentiré vencedor…y si cuatro horas después estoy en el Parque de las Nacioes con una sonrisa en la cara…me sentiré invencible. Nos sentiremos invencibles…porque no ha sido un camino que haya transitado en solitario…lo he hecho con el mejor equipo del mundo. Señores, fuerza y honor. Ha sido un placer.
Un abrazo a todos,