En lengua inuit, significa viento frío que viene del Noroeste, persistente y repentino, capaz de levantar un vendaval en pocos minutos. Genera espuma sobre las crestas de las olas. El mar rompe con un aullido constante. Al encañonarse en los valles traza lineas en las aguas, generando oleaje rompiente que es infranqueable por las pequeñas embarcaciones.
Mediados de septiembre
El clima se complicaba como es costumbre en estas fechas, otro regreso más en condiciones extremas y con poco margen de maniobra.
Tocaba despedirse de colaboradores y del viejo amigo Niels de la oficina de turismo.
-¿A qué hora empieza el avannaq, Niels?
-¿Te vas a marchar hoy?
Niels me responde con otra pregunta haciendo una muesca de sorpresa con la cara.
– Sobre la una de la tarde, se esperan rachas de 30 m/s (108 kilómetros por hora de velocidad) dice el DMI.
-Tendrás que darte prisa o te va a pillar navegando.
-Me voy corriendo entonces, tengo dos horas y media antes de que suba al máximo el viento !Buen invierno y gracias por todo Niels!
Así me despedí, había que correr para evitar que nos pillara en mar abierto el temporal. Solo nos quedaba estibar en la pequeña zodiac nuestro equipaje y algunos materiales para Qassiarsuk .
-Ya ha empezado a soplar. Le dije a Fran, mi compañero del desmontaje.
Salida incierta
–¿Para qué es esa cinta, Jose? me pregunta Fran.
Ensimismado porteando cosas le respondo segundos después -Es una línea de vida, con la que me aseguraré a la zodiac.
–Ponte un salvavidas esta vez. Le indico.
-¡Pero si el mono de navegación flota! afirma Fran.
-lo sé, pero también puedes flotar boca abajo…
– Ahh, ya veo. Fran coge un chaleco y se lo pone.
Abrí el tambucho donde está guardado el equipo de seguridad, y mientras, Fran seguía acarreando cosas hacia el barco, tomé un par de bengalas y las metí en el bolsillo inferior de mi mono de navegación.
-Hay que asegurar muy bien las cosas bajo la lona del barco, vamos a botar mucho y no me gustaría tener que asegurar nada en medio de ningún vendaval.
Miré de reojo a la montaña de Nanortalik y ví las nubes que entraban rápidamente empujadas por el viento frío. No quería reconocer que si salíamos este día, íbamos a tener que apretar mucho los dientes durante la larga travesía de regreso.
Desde el puerto vemos nubes negras cargadas de humedad que son empujadas por la potencia del avannaq. Ya tenemos el temporal encima.
Temporal del 29 de agosto, parecido al del día de nuestro regreso el 11 de septiembre, salvo por un detalle…sopló durante cinco días seguidos sin parar. Las flechas de abajo nos indica la dirección del aire W (Oeste) NW (Noroeste), así podemos identificar que es un avannaq, se nota también la bajada de temperaturas que viene asociadas. Las rachas de viento en esta época del año pueden sobrepasar FUERZA 10, más de 110 kilómetros por hora. Instituto Meteorológico Danés DMI.
El viento comienza a subir de intensidad levantando espuma. En pocos minutos ha limpiado toda la nubosidad escala Beaufort FUERZA6.
¡Salimos al fin! Veremos qué ocurre al dejar la seguridad de los canales de la isla, pensaba. La lluvia nos volvió a sorprender junto con una densa niebla que tapaba todo el fiordo de Søndre.
Rumbo de aguja 030º, sin poder ver el siguiente cabo, memorizaba mi dirección y el tiempo que necesitaría hasta alcanzarlo. Podía ir directo al cabo sin verlo, de todos modos me toparía con él si estaba pendiente de mi compás.
Al superar el norte de la gran isla de Sermersooq, nos enfrentábamos al avannaq frontalmente, ya podía ver sus primeras rachas levantando espuma en la superficie. Seguía lloviendo abundantemente, pero de repente cambió. Comenzó a abrirse el cielo y una secuencia de arcoíris emergió desapareciendo la nubosidad.
La temperatura bajó unos grados y el murmullo del viento sobre las olas se hacía cada vez más presente. Mojados y con sensación térmica cada vez más gélida, nuestras manos y rostro comenzaban a helarse, incluso respirar era doloroso.
Mar abierto sin protección
Había que acercase más a la rocosa costa de las islas de Kanajormiut en busca del abrigo contra la furiosa brisa. Debíamos parar en la isla de Uunartoq y luego continuar rápidamente hasta Alluitsup Paa.
Mar abierto, primer tramo expuesto con olas de mar de fondo, hay que acortar lo que podamos, el indicador de combustible me está avisando y no me gustaría parar aquí para tratar de repostar. Cambio el rumbo a Norte directo, atravesando el canal de Imatsiaq en perpendicular en busca del seguro sotavento . El oleaje en este lugar es intenso, el aire se ha encañonado en un collado, si sigo con este rumbo en busca de sotavento me quedaré a la deriva sin combustible muy pronto.
Alluitsup Paa queda bien protegido del potente viento ¡hay que llegar como sea!
Debo tomar una decisión rápido, seguir sin repostar y tratar de llegar al puerto seguro de Alliutsup Paa o parar en medio del oleaje. Continúo capeando el temporal entrando a las olas por la amura de babor, las olas rompen de costado salpicándonos con helados y dolorosos rociones ¡Fran está empapado!
Siguiente cabo, y otro peligroso cruce. En el ancho fiordo de Uunartoq han subido las rachas del viento. Las olas de mar de fondo se confunden con el oleaje por la mar de viento haciendo la navegación mucho más inestable, aminoro la velocidad y vuelvo a ajustar el trim del motor tratando de encarar mejor los choques contras las olas.
Cuando la hélice empuja paralelo a la superficie, habremos logrado el ángulo perfecto para el trim. El empuje es plano. Toda la potencia se invierte en lograr más velocidad.
Apenas se escucha el viento al llegar al pueblo. El depósito está seco, pero al menos hemos podido llegar a un lugar familiar tranquilizando algo las cosas. Aunque estamos en el pico de máxima potencia del temporal, todo es aparente tranquilidad. Mientras termino de repostar pienso en llamar a Aggu ¿estará en casa?
El recuerdo del regreso de hace tres años lo tengo ahora muy presente, Aggu me aconsejó no continuar navegando debido a otro temporal, no le hice caso y casi nos cuesta la vida al cruzar el temido desde entonces canal de Qaarsuup. Apunto volcamos por el terrible oleaje, además, para salvarnos, tuvimos que atravesar unos canales repletos de escolleras desconocidas para mí. Pero al fin conseguimos refugio en la escuela de la isla de Sarlooq.
Itinerario sobre el rumbo Noroeste para protegernos del viento avannaq.
Las flechas azules representan la dirección del viento avannaq, los círculos en rojo los cruces peligrosos, los números representan la altura de las olas en metros, fijaros en el 4,5 son en el canal de Qaarsuup ikerasuaa, el paso con más peligro de todo el sur.
Aggu está en casa, necesito la opinión del maestro que me enseñó a navegar en estas aguas árticas.
–Hola Juusi ¿ya terminaste en el sur?
-Sí Aggu, hemos terminado, todo está cerrado ya.
-Quería despedirme de ti y desearte un buen invierno amigo mío ¿Crees que podré pasar el canal de Qaarsuup esta vez?
-Déjame ver.
Tomó sus prismáticos y miró a través de la ventana.
-uhhh hay olas grandes pero bajará el avannaq esta tarde.
Con un tono de duda me dijo que tuviera cuidado en el viraje para entrar en el remanso Ummanarsuaq, iba a ser peligroso, las olas nos arremeterían desde el costado en ese canal.
Luego se dirigió a su vieja carta náutica de la pared y con el dedo me fue dibujando el rumbo a sotavento (al abrigo del viento) que debíamos seguir.
-Muchas gracias Aggu, espero que tengas abundante caza en primavera, nos veremos en verano.
La despedida acabó en un sincero abrazo y con “takuss immaqa” (adiós, quizás).
¡Allá vamos de nuevo!
Hay que buscar el seguro parapeto contra el aire en la siguiente isla. Las olas nos vuelven a dar de costado, otro largo cruce y en medio las olas son cada vez más grandes. Ahora hay que estar muy atentos, un golpe de mar nos despega de la superficie, de reojo veo la hélice del motor, una primera ola nos ha catapultado haciéndonos chocar contra la siguiente y con otra más, me hace perder el equilibrio cayendo sobre el flotador del barco. Consigo sujetarme y desacelero bajando la palanca de gases, al bajar la velocidad la siguiente secuencia de olas nos vuelve a desestabilizar peligrosamente ¡Acelerador a tope! voy a lanzar la proa contra la siguiente secuencia, bajo todo el trim del motor para que la proa quede lo más baja posible y al fin la consigo estabilizar hasta llegar al sotavento de la isla.
¡FUERZA 10 mar gruesa!
Fran me pregunta cómo es el siguiente tramo, otro viraje y una potente y ensordecedora racha de viento que nos sacude, el oleaje es de menor altura al navegar muy pegado a la costa, pero la corriente de aire se acelera al atravesar un collado marcando lineas de viento sobre la superficie del agua ¡¡acabamos de cruzar esta persistente racha de aire de 30 metros por segundo (108 kilómetros por hora)!!
Debemos parar, busco un lugar para afianzar la carga antes de entrar en el peligroso canal de qaarsuup.
-Prepárate Fran ¿ves el siguiente cabo? Le indico con el dedo.
-Sí ¡lo veo!
-Pues ahí está el paso del que te hablaba.
-¡Ahora empieza lo serio tío! si entramos ahí, no habrá retorno quizás, será más peligroso que seguir si trato de virar ¿lo tienes claro?
-¡Vamos a darle caña pues! sentencia Fran.
-Ahora sí que nos vamos a mojar, sigue sentado en el centro, algo te protegerá…
Estamos ya en el canal -¡Empieza la rumba! Hay que tratar de rebasar aquellas rocas y tendremos el remanso de entrada a la vista. Teníamos que gritar para poder escucharnos a pesar de estar a un palmo de distancia el uno del otro.
Salida a mar abierto, Qaarsuup ikerasuaa. Las olas de mar de fondo son cada vez más altas al estrecharse el canal. Incluso la espuma que se forma empieza a desprenderse de la superficie debido al fortísimo viento.
VIDEO Asegurando la carga antes de atravesar el canal.
Fran ajusta los cabos de la carga en un lugar resguardado a sotavento antes de afrontar cruce por mar abierto, para luego volver a entrar por el remanso de Ummanarsuaq.
VIDEO alguien nos advierte del peligro.
En la entrada del canal, vemos otra embarcación que viene en dirección contraria, posiblemente se haya dado la vuelta. Al pasar paralelo a nosotros, nos hace señas con la mano haciendo movimientos, nos quiere decir que allá delante hay olas grandes.
La visibilidad es muy buena, se puede ver una línea blanca delante de nosotros, es agua en polvo parecida a neblina. Ahora hay que afrontar el cruce con temple y no cometer ningún fallo. Lo mejor es jugar con la palanca de gases, subir las olas con suficiente velocidad pero nunca hacer que se incline la proa hacia arriba más de la cuenta, para luego acelerar al bajar el valle que deja la ola.
VIDEO dentro del canal qaarsuup ikerasuaa.
En este vídeo, en el minuto 2:30 se aprecian olas de tamaño preocupante..
VIDEO tratando de llegar al remanso de entrada.
Nos encontramos en el lugar más complicado del cruce, vemos que otro barco de casco cerrado nos está rebasando, impresiona verle como embiste la mar gruesa, las salpicaduras que crea salen a toda velocidad muchos metros atrás debido a la persistencia del fuerte vendaval.
Viraje extremo
La embarcación que nos acaba de rebasar intenta seguir por mar abierto rumbo a Sarlooq.
-Mira Fran ¡¡esos están locos, allá más adelante el batiente será un metro más alto¡¡
Mientras tanto, ya veo a lo lejos el paso para salir de esta centrifugadora. Las ondas de oleaje chocan contra la costa rebotando y generando otro oleaje en sentido inverso que frena la siguiente secuencia, provocando torbellinos y que se rompan disgregándose en todas direcciones pero con potencia al estrecho paso que debemos tomar ¡este lugar es una locura!
–¡Lo sabía! Afirmo, el barco cerrado se ha dado la vuelta buscando la seguridad del paso por el que tratamos llegar también nosotros.
-Voy a hacer un viraje rápido ¡como nos de una de estas “bichas” nos va hacer rodar delante de ella! Le grito al empapado compañero.
Barlovento
Mientras surfeo las grandes rampas de agua, trato de controlar la embarcación, pienso en la mejor manera de alejarme de los peligrosos escollos para entrar en el paso que nos salvará de este terrible lugar. Ahora más que nunca todo tiene que funcionar, ya que nos encontramos en el lado peligroso de un vendaval y para más guasa ¡a barlovento! doblando un cabo en sentido del fuerte viento y oleaje. Una fallo del motor o un golpe de mar que nos desestabilice, y nos arrojará contra las rocas haciéndonos mil pedazos. Igual como sucedió el año pasado a otra de nuestras lanchas, haciendose añicos contra la costa al cortarse el cabo que la sujetaba.
Icebergs en la entrada ¡no me lo puedo creer! si no tenemos suficiente ahora hay que evitar también hielo arrojado de dos témpanos que el agua arremete haciéndolos balancear.
¡¡¡Ummanarsuaq, salvados!!!
Nos miramos y chocamos las palmas empapadas.
– ¡Ufff esto se merece una cerveza!
Así seguimos zarandeados surfeando olas de tres metros junto con mar de fondo, hasta los seguros canales de Kanger y Ikia. El avannaq solo nos dio respiro cuando llegamos al puerto de Qaportoq.
La travesía de regreso nos llevó más de seis horas, el doble de lo que habitualmente se hace.
Con el rostro abrasado y entumecidos por el frío, decidimos que era hora de parar de aquel laaargo día y descansar en Qaportoq, ya seguiríamos al día siguiente hasta nuestro destino, Qassiarsuk.
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