Es la vida del cristal, el arquitecto del copo de nieve, es el fuego de la helada, el alma del rayo solar. Este aire fresco de invierno está lleno de eso (John Burroughs).
Frío
Sensación incómoda a veces estremecedora que nos provoca inseguridad y temor cuando nos atenaza con su manto gélido.
En nuestra latitud es el incomprendido, un salvaje, un “algo” desagradable, pero en cambio es el tema de conversación a la mañana, el protagonista.
¿Se puede entrenar el frío?
Rotundamente sí, así sin más preámbulos, pero… ¿Cómo?
Al inicio de mis andanzas por tierras árticas, había una pregunta que nos rondaba en la cabeza, y era ¿cómo podía soportar el tremendo frío de las mañanas árticas el sonriente Aggu?
Aggu era uno de nuestros patrones groenlandeses, al verle llegar nos provocaba escalofríos. La bajísima sensación térmica al atravesar los vespertinos gélidos bancos de niebla, hacía que su oscura piel se tornase de un tétrico color amoratado. El gorro que solía llevar, parecía estar embutido en la cabeza debido a la hinchazón de la piel por efecto del ambiente frío.
Era la comidilla y la inquietud de los aprendices de guía, verle a lo lejos para saber cómo venía vestido nuestro patrón. Y os preguntaréis ¿porqué? Pues muy sencillo: todo dependía de si vestía gorro, guantes de lana y su típico anorak (en esquimal anoraq). Así sabíamos que nos íbamos a pelar de frío al ir con él.
Navegaba al estilo groenlandés…siempre a toda velocidad… Mientras él fijaba la vista en la proa, nosotros nos mirábamos envueltos en mil capas de ropa y nos preguntábamos – ¿Cuándo parará este tipo…?
Aggu, procedía de una zona remota cerca del cabo de Farewell, un lugar aún más extremo por su cercanía a mar abierto con nieblas perpetuas y expuesto a los aullantes vientos. Era de los tipos como decimos “hechos de otra pasta” duros e impasibles. Nunca se le encontraba un gesto de angustia o de sufrimiento en medio de aquellos huracanes de viento frío saltando de ola en ola empapado y a toda potencia.
Aquellas primeras semanas fueron realmente insoportables a pesar de estar en un paraíso inmenso. Verle solamente llegar a la zona de desembarco y respirar aliviados al saber que no traía su gorro de lana tupido en la cabeza o sin el característico anoraq…
Más tarde fui enviado para trabajar con él a los fiordos del Sur, en el cabo de Farewell, allí nos encargaríamos de nuestros campamentos. Junto con su familia aprendí una vida auténtica y a conocer más el frío.
Ya en solitario, desde hace 9 años y miles de millas, repito la misma épica travesía, pero antes de comenzar una nueva aventura, paso primero a ver a Aggu, mi maestro y amigo groenlandés, a él le debo mi aprendizaje al frío.
Conociendo el frío
Poco a poco, es la mejor manera, como dice Wim Hof en su libro “el poder del frío“.
Mucho antes de que ese libro cayera en mis manos, ya practicaba eso de tratar acostumbrar la mente y el cuerpo a esta sensación, al principio bastante incómoda y sin ningún sentido. A nadie le apetece darse una ducha fría, teniendo el mando del agua calentita a escasos centímetros ¿no?
Pero la cosa cambia cuando por necesidad tienes que conocerle más íntimamente, como fue mi caso. Pues eso, adaptarse al medio y aprender a conocerse en esta circunstancia, así sabremos qué hacer si el frío trata de rebasar nuestras barreras.
Evitar los ambientes demasiado cálidos, o vestir con tanta ropa, ese es un buen entrenamiento para ir empezando. Ir avanzando en este cometido, nos dará fortaleza mental.
¿Cómo entrenarse para el frío? Mis entrenamientos
¿En Badajoz frío? desde luego que difícilmente…aunque seguro que algunos me discutirán esta afirmación. En fin, si conocieran el frío de verdad…
-Hace tiempo leí la biografía de Roald Amundsen uno de los mayores exploradores de todos los tiempos, se decía que a la edad de 8 años ya dormía en los inviernos noruegos con las ventanas abiertas. Aunque aquí lo he estado practicando de poco me ha servido dormir con las ventanas abiertas de par en par.
-Otro de los entrenamientos que he estado haciendo y aún sigo, es introducirme unas horas de forma rutinaria en una cámara frigorífica de la panificadora El nevero, gracias a su inestimable ayuda iré más concienciado y preparado al frío que está haciendo actualmente en Siberia (tiempo en el lago Baikal).
-Aprovechando nuestra reciente estancia en una experiencia en el bosque de Redes en Asturias, con Jose Díaz en autor de la película documental “Cien días de soledad” y un grupo de clientes de mi patrocinador Centrowagen, llevé equipo para dormir a la intemperie en las noches de montaña. Pero como sigue ocurriendo en estas latitudes, no ha habido suficiente frío, debido a una anomalía térmica haciendo que la temperatura fuera anormalmente alta ¡hasta de 10º más de lo normal!
–Saunas ¡sí saunas! someter el cuerpo a un estrés térmico, hace que nos preparemos mentalmente sacándonos de nuestra zona de confort a la hora de ir a la ducha fría después.
Consejos
Adelántate antes de que te entre el frío ¡Hay que estar alerta!
La gestión constante de la ropa es determinante.
Evita llevar más ropa de la cuenta, evita sudar y si sudas cambiarla por ropa seca.
Nunca te quedes aletargado por el frío y ¡muévete hasta volver a entrar en calor!
A partir de los 15 bajo cero, habrá que añadir barreras de vapor en pies y manos. La función de las barreras de vapor es no dejar traspasar el sudor a las demás capas, así evitaremos que se humedezca y congele el calzado o guantes.
Libros de referencia:
El poder del frío (Wim Hof y Koen Jong)
El Hombre de Hielo (Wim Hof y Justin Rosales)
Lo que no nos mata (Scott Carney)
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