A mediados de octubre del 2011, recibí un correo postal, era una carta escrita a mano y un libro titulado ‘Recorrido inédito TRAVESÍA PIRENAICA LA ALTA RUTA‘. Este envío postal venía del País Vasco, la firmaban Isabel y Jesús y en la carta me agradecían las atenciones recibidas durante su viaje a Groenlandia con nosotros. Además de los agradecimientos, la encantadora pareja me invitaba a pasar unos días por su casa, y a modo de guía para visitar su tierra me regalaron este libro.
Agradecido por sus palabras y el libro, les llamé, y conversamos recordando las anécdotas de aquel verano. Isabel me preguntó si recogería ‘el guante’ que me había lanzado, y si los iría a visitar. Con tantos planes en la cabeza, les prometí que subiría a verles cuando comenzara aquel largo ‘paseo’ por la senda pirenaica. Pues bien, ese día ha llegado.
¿La senda pirenaica ‘GR-11’ o la Alta Ruta Pirenaica ‘HRP’?
Leyendo con más atención el libro, me fijé en algo que me hizo pensar y preguntarme si estaba haciendo bien las cosas. Un solo libro de referencia y ¡hala!, pirarme al monte durante un porrón de días ¡y en el comienzo del otoño! Paré por un momento, y seguí indagando sobre esta ruta con cierta sospecha.
Al estudiar más detenidamente, me di cuenta del error en el que estaba cayendo. Esta ruta se había confeccionado evitando los valles y subiendo a nada menos que a 114 cimas, sumando así un desnivel positivo acumulado total de 58. 535 metros. Entonces, ¿era la famosa senda pirenaica? pues no. La respuesta era respondida unas horas más tarde por una conversación telefónica con un gran conocedor de las largas travesías pirenaicas en autosuficiencia, Jesús García Juanes.

Colección de mapas en 43 etapas por donde discurre la gran travesía GR-11 de 850 kilómetros.
Las rutas GR-11 y la HRP no son lo mismo, aunque comienzan y acaban de la misma manera, de costa a costa. La HRP, discurre más cerca con la frontera de Francia por aristas y trata de pasar por gran cantidad de cumbres. Esta ruta tiene más desnivel acumulado lo que le confiere un grado más técnico, teniendo por ello un compromiso y riesgo mayor. En cambio, la GR-11 es más larga y sinuosa, yendo más por valles y atravesando collados que enlazan a los siguientes valles. Pero ojo, que nadie se equivoque, esta ruta supera complejos tramos de alta montaña, sube a collados con gran desnivel, y cruza obligatoriamente neveros de nieve incluso en verano.
Aclarada la duda por mi amigo Jesús, le pregunté más detalles de la logística para esta ruta de gran recorrido. Como es habitual en los proyectos que emprendo, siempre hay una parte de inconsciencia y otra parte de sentido común, lo que no quiere decir que sean al 50% cada una. Gracias a Jesús que todavía saboreaba su última y primera transpirenaica invernal en autosuficiencia el invierno pasado, puso la nota de cordura y razonamiento, bajándome así de golpe a la realidad.
Con sus primeras preguntas se tambaleó mi ‘purismo’ a utilizar tecnología digital ¿vas a tratar de hacer la ruta con mapas de papel? ¿Sabrás que llevaras más de un kilo en papel, no? ¿sin gps, con la nieve tapando las marcas de la ruta?, así comenzaban a bambolearse mis planes poco realistas. Con la siguiente afirmación de Jesús, puse los pies a tierra. La Alta Ruta Pirenaica (HRP) no era nada viable por técnica y mi estado físico (sin entrenar montaña en tantos meses debido a la situación provocada por el dichoso bicho microscópico…).
Después de más de dos horas de charla telefónica, tenía más claras mis posibilidades. Debía planificar la nueva ruta y centrarme en la autentica senda pirenaica o GR-11. Otro detalle importante será, tratar de ser lo más minimalista posible y ajustar el peso del equipo al máximo. A pesar de ser reacio a depender del GPS, no me quedará más opción que confiar y dejar los mapas de papel en casa.
En medio de la conversación, mi amigo Isma aparecía en casa cargado con bolsas para seguir con la evolución técnica de la bici para la primera parte de la ruta. Semanas antes había desguazado su bicicleta para modificar la mía y dejarla preparada.
Gracias a él y su perseverancia, estamos a pocos días de iniciar esta travesía. Al ser en la península, esta vez será mi ángel de la guarda en todo lo que pueda necesitar.
Mí ruta final

Primera parte del viaje en bici, Badajoz-San Sebastián. Da vértigo ver la extensión marcada sobre la penísula.
El abismo de las cifras
Así queda la ruta después de recabar la preciada información de un experto en Pirineos.
-Salida Badajoz y llegada a San Sebastián en bici, 788 kilómetros por carretera, con un desnivel positivo acumulado de 9.200 metros.
-Salida del cabo Higuer, localidad de Hondarribia (costa del mar Cantábrico) y llegada al cabo de Creus, localidad de Cadaqués (costa del mar Mediterráneo), 850 kilómetros por pistas, sendas y pasos de montaña, con un desnivel positivo medio diario de más de 800 metros, y máximo acumulado total de unos 41.000 metros.
1600 kilómetros de travesía por ningún medio a motor. A esta vertiginosa cifra, hay que sumarle las cuestas con peso al ser un viaje semi-autónomo (comida y acampada durante el recorrido, parando solo lo necesario en albergues o pueblos) y que al final sumará más de 50.000 metros de desnivel positivo en todo el viaje.
La travesía planteada espero concluirla en un tiempo tope de 42 días en solitario. Descontando un par de días, que tendré la compañía y el apoyo de mi amigo Isma, y todo aquel que nos quiera acompañar algunos kilómetros el primer día.
¡Estáis todos invitados!
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