Hola amigos y seguidores de este blog.
He vuelto para retomar este espacio donde he ido relatando mis aventuras en el ártico, y que debido a la pandemia me sentí obligado a parar en seco.
Me gustaría dar una pequeña explicación del porqué de mi ausencia, por fidelidad sobre todo, a los que esperaban semanalmente nuevas entradas del blog, y a los que me han apoyado desde que comencé a publicar mis aventurillas en este medio.
Este blog para mí, es un cuaderno de bitácora, un guion donde voy escribiendo una historia de constancia y superación frente a situaciones que jamás había conocido. También, por supuesto, es un recuerdo de todo lo vivido y aprendido. Por último, escribo para que pueda ser una pequeña referencia a otros en la búsqueda de su camino en este mundo tan fascinante.
Observando desde mi ventana las nubes pasar…, me hice esta pregunta:
– ¿De qué voy a escribir si me falta el motor que da sentido al concepto de esta página metido en este esperpento?
No quería vivir de los recuerdos y escribir cosas del pasado, mientras evolucionaba la situación desde la “cárcel”. Quería seguir relatando mis experiencias en presente.
Después de intentar mi proyecto de mar a mar, https://blogs.hoy.es/un-extremeno-en-el-artico/2020/09/25/la-senda-pirenaica-una-aventura-para-desconectar-de-mar-a-mar/ ,y regresar del viaje en solitario por España, vapuleado, observado y perseguido, tomé la decisión de parar el blog hasta que volvieran vientos más favorables.
Participar en el dialogo polarizado de besugos, “ellos” y “nosotros”, no me interesa, y menos ser un posible cómplice de la desinformación. Tampoco usar mi blog, para crear un debate que me resbala al verlo inservible y carente de sentido común, en un mundo de censuras y miedo.
Ultima entrada de aquel improvisado viaje de mar a mar, después de 1160 kilómetros de viaje atravesando España desde Badajoz a San Sebastián en bici, para luego hacer andando la senda pirenaica desde Irún (mar Cantábrico), hasta el cabo de Creus (mar Mediterráneo).
Al final se convertiría en un viaje improvisado por el camino de Santiago del Norte, debido al cierre perimetral de Navarra, bloqueando cualquier posibilidad de realizar la ruta pirenaica.
No quería regresar a casa con las manos vacías o casi vacías, hasta recorrer los 800 kilómetros que me había propuesto hacer andando después de haber hecho 850 kilómetros en bici, y enviar a Dorothy, la bici, de regreso a Badajoz. Así huiría de tanta norma, cierres perimetrales y del mundo mascarilla, que fueron pisándome los talones desde Irún.
Pero después de casi atravesar Cantabria hacia Finisterre, durmiendo en bosques, prados o en algún albergue que todavía se atrevía a estar abierto, vi truncados mis planes al enterarme que Asturias seguía la misma tendencia que Navarra.
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Bueno, pasando página, regreso esperanzado con un nuevo proyecto bajo el brazo. Un proyecto con dos años de retraso que ya había anunciado en la charla de AULA HOY, que ofrecimos en el colegio de farmacéuticos de Badajoz, y que hemos retomado con mucha ilusión hace unas semanas.
Se trata de una expedición al Alto ártico llamada #SPITZBERG8022. En las siguientes entradas de este blog, os iré contando detalles de esta nueva aventura Ártica.
¡¡Salud para todos!! Comenzamos.
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