Hace pocos días que regresé de Groenlandia, o como algunos se empeñan en llamarla “isla helada”, ya que en los mapas y atlas geográficos la ven totalmente cubierta en color blanco “níveo”. Pues bien, los autores de estas publicaciones deberían ir cambiando el blanco por otros colores, como el azul o marrón en muchos nuevos lugares de esta enorme isla, debido al inexorable retroceso de los glaciares que cada vez se deja notar más año tras año.
Una vez que piso tierra inuit se acabó el “wasap” y las redes sociales, por dos cosillas, una para desintoxicarme del exceso de tiempo perdido leyendo tanta “pseudocomunicación” y “pseudonoticias” , y la otra por lo sumamente caro que puede llegar a ser la factura del teléfono si se te va el dedo en la pantallita táctil del smartphone de marras…
Con un añadido más este año, el problema técnico, que nos ha ido trayendo de cabeza tooodo el verano a la hora de hacer nuestra gestión, y fue debido a las obras del cambio a fibra en el país y todo lo que conllevaba. La red era en muchas horas un cuello de botella, lo que hacía inútil tratar de conectarse a internet.
No me mola, no, esa sensación de dependencia tecnológica que nos hace cada vez más dependientes de ella y al mismo tiempo más inútiles. En el momento en el que el chisme se nos moja, se golpea con una simple caída, o la batería dice adiós, deja de sernos tan útil, provocando sudores fríos y palpitaciones. A cualquiera que solamente confíe en estos trastos, no solamente tendrá problemillas técnicos si no que encima se agravaría por la falta de experiencia para utilizar los medios tradicionales para resolverlo. Imaginaros en medio de la niebla sin saber cómo se utiliza un compás, o no saber cómo situarse en medio de un mapa o cómo calcular el tiempo que nos queda hasta la siguiente pleamar, y nos podremos meter en serios problemas.
Compás náutico, el único aparato al que no se le acabarán las pilas y si se moja sigue funcionando. 90º de rumbo en dirección al orto del Sol a mediados de septiembre, cerca ya del equinoccio de otoño. Plan B, En el caso de que se me rompiera el compás, siempre nos quedará el Sol para poder orientarnos ¿no os parece? ¿O me bajo una aplicación…?
Algo que siempre me pasa al regresar al mundo digital 2.0, es que algunos de mis amigos se empeñan en contactarme como si tuviera las mismas opciones de comunicación, no siendo conscientes donde me encuentro durante todo ese tiempo ¿y si los hago “sufrir” sin contestar algún tiempo más? ¿lo aguantarían sin enfados? Mejor iré contestado cuando pueda, en fin…¡¡paciencia chicos!!
Salir fuera del perímetro de cualquier población con el “bonito” Smartphone y deja de tener cobertura, solo te valdrá para sacar fotos o videos, eso sí, llevándolo bien protegido de la intemperie o de lo contrario te quedará en poco tiempo sin batería debido al frescor…
Anécdota
Incluso llevar el doble de recursos no te salvará de las bromitas de los aparatejos electrónicos ya que seguirán siendo más listos que tú.
Mi maltrecho y viejo GPS no recepcionaba bien la señal de los satélites y no podía grabar la ruta de vuelta. Al menos teníamos otro GPS, pensé, el de Jorge… ¿O tampoco? ¡Sigo la anécdota pues!
Esta era mi poética cara al comprobar que algo no iba bien. Nos encontrábamos metidos en medio de un glaciar inexplorado o poco explorado tratando de salir, repleto de profundas grietas ocultas por la nieve recién caída, y con una densa capa de niebla a nuestro alrededor, la baja visibilidad no nos dejaba ver ninguna referencia para encontrar un paso seguro ni nuestras huellas de ida. Sin contar los seracs (grandes bloques de hielo apoyados y en equilibrio) que tampoco podríamos ver.
En la foto detrás de mí, está Jorge tratando de “domar” su GPS de pantalla táctil, cada vez que lo chequeaba había que hacer la misma operación, parar la lenta marcha en zigzag y quitarse los dos pares de guantes.
Y ¡Sorpresa, Houston tenemos un problema! El” track back” o camino de vuelta, de la ruta guardada en el dispositivo satélite se borró por arte de “birle o birloque”, jejeje muy apropiado en estos momentos ¿qué dirían ahora los manuales de alpinismo acerca de nuestra situación? ¿Qué “App” (aplicación) nos descargaríamos para que nos ayudase a salir de aquí? Ah espera…si no tenemos cobertura ni descarga de datos ¡Hemos regresado al pasado!
Solo con un pequeño fallo al manipularlo al parecer sin importancia en el GPS, para complicarnos extremadamente nuestra salida de aquel peligrosísimo lugar. La tecnología ha evolucionado más rápidamente que algunos de nosotros, por lo que muchos nos negamos a tener que estar constantemente actualizándonos sobre las mejoras de los que algunos le llaman sistemas más “intuitivos” !y un jamón!
La era tecnológica obliga estar al día en las nuevas tendencias o de lo contrario empiezan las limitaciones y la desconexión en todos los ámbitos.
Mientras espero a recibir el chequeo de mensajes en mi “DeLorme” (mensajero satelital) lo mejor es tomárselo con calma y hacer un “kit kat”, y como no iba a ser de otro modo, pues pan y chorizo en el frente glaciar.
Os dejo este enlace para el que quiera saber que es este aparato llamado mensajero satelital o DeLorme.
Reflexión
Al final de la temporada después de estar mi móvil en modo avión tanto tiempo inactivo, cuando entra en el mundo digital 2.0 se llega a bloquear, saturar, gastar la batería y no sé cuántas cosas más. Veo la última lavada de cara del Facebook, feo como siempre… y no sé cuántos mil mensajes sin sentido alguno para mí, qué pérdida de tiempo ponerse a leer todas estas parrafadas ¿no creéis?
Aprendí una frase para estos casos de necesidad de constante comunicación y que viene muy bien “IF NO NEWS THEY ARE GOOD NEWS” si no hay noticias son buenas noticias.
Saludos de nuevo, os traigo fotos, vídeos y nuevas aventuras que me encantará compartir con vosotros en mis próximas entradas en el blog.
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