Ya sé que no es noticia que un hombre se adentre en las zonas más vírgenes de un espacio protegido, incluso que construya una casita en medio de un paraje magníficamente conservado o que quiera navegar por el corazón de nuestro único parque nacional. Lo que sí es noticia, es que manadas de jabalíes bajen a la ciudad de Cáceres y se alimente en las rotondas que nosotros hemos creado sin duda en lo que antes era una bajada natural de la montaña a la Vega del Mocho.
Y es noticia, que si no se toma en serio será trágica noticia, que estos animales en número de hasta 11 ejemplares en grupos formados por padres, jabatos y rayones son un peligro para la circulación y pueden serlo para las personas, ya que con los jabalíes no se juega.
De momento su presencia ya ha sido advertida por las autoridades, pero no parce que se haya tomado ninguna medida pese a la reiteración del avistamiento.
Ante una llamada del periódico HOY pidiéndome opinión, he visitado la zona en la que los animales han aparecido e incluso he subido a la montaña para tratar de averiguar la procedencia de los animales que llegan a la rotonda de la Universidad Laboral. En ella, su presencia es evidente ya que el suelo ha sido totalmente removido especialmente en la zona cercana a la montaña. Está claroque en lugar han encontrado lo que buscaban y que además les ofrecemos de manera generosa. He podido ver un par de perales que tienen en el suelo montones de magníficas peras esperando que los jabalíes den cuenta de ellas en un momento en el que es muy escaso el alimento en el monte.
He hablado con los vecinos del impactante Residencial Universidad y me advierten de que en el entorno de las últimas casas durante el otoño e invierno se ven los suelos removidos por los jabalíes. Ahora han bajado y se han metido por el corredor que no está vallado y en el que existe agua y algo de alimento.
Ante esto, cabe preguntarse cómo hemos de proceder. En casos similares al que planteo, en Barcelona por ejemplo, se han capturado a los ejemplares con teleanestesia, estoy seguro que no faltarán buenos cazadores dispuestos a colaborar con las autoridades en tan noble causa. Lo que sí es desde todos los puntos de vista desaconsejable es tratar de acercarse a ellos, más si están en familia y acompañados de crías.
Está claro que cuando solo causan daños en huertas y jardines, las autoridades suelen mirar para otro lado, pero en un lugar como éste donde los animales pueden causar graves daños se necesita una intervención urgente, y como siempre saben que estamos dispuestos a colaborar, salvo que como con los demás problemas ambientales de la ciudad nos hagamos el sueco o nos limitemos a poner una señal de: peligro jabalíes sueltos.
José María Corrales Vázquez