Siempre me ha fascinado mirar a través del microscopio.
Cuando era niña, los reyes magos me trajeron un microscopio óptico que, aunque rudimentario, me tenía absorta mirando alas de mosca o pequeños granos de tierra.
Como era un microscopio que utilizaba luz natural, tenía que colocarme muy cerca de la ventana y orientar el espejo de manera que un rayito de luz atravesara el orificio de la platina donde había colocado el objeto a observar. Descubrir este pequeño mundo fue para mí algo mágico.
“Hallé un día un pequeño mundo mágico,
que me permitía ver el frágil polen
en el filo del estambre.
Pequeño mundo que me redimía.”
Desde entonces, mi afición por la microscopía ha ido en aumento gracias a que en el laboratorio del centro donde trabajo disponemos de microscopios y lupas binoculares, y lo primero que hago al empezar el curso es enseñarles a mis alumnos su manejo.
Hace poco tiempo además que contamos con una cámara que se adapta al microscopio y hace fotografías y vídeos, así que estamos inmersos en un precioso proyecto llamado Pequeño Mundo Mágico…
Antes de que acabara este trimestre visitamos el Laboratorio Agrario de Cáceres y entre las muchas cosas interesantes que pudimos ver y aprender, me quedé con las imágenes de los diferentes tipos de pólenes que se pueden ver en las muestras de miel que son analizadas.
Siempre me ha gustado el polen, esos granos microscópicos en los que se encierra el germen masculino de lo que será una posible nueva planta, la mitad que le falta al óvulo para que comience a desarrollarse un embrión.
La técnico de laboratorio nos explicó que tras muchos años de dedicación y trabajo es capaz de reconocer cada tipo de polen que aparece en las muestras por su forma y tamaño: polen de diferentes especies de Cistus (jaras), polen de azahar (naranjo o limonero), eucalipto o girasol, entre otros.
Ver más allá de lo que el ojo humano ve a simple vista.
Asomarse a un mundo que se desenvuelve al mismo tiempo que el nuestro, un mundo paralelo y desconocido que está ahí esperando a ser descubierto.
Pequeño y fascinante, si no fuera real sería un mundo mágico.