Hay señales que indican que, a pesar del frío de estos días de Febrero, la naturaleza se prepara para resurgir con fuerza.
En el caso de las aves, la mayoría de las especies aguardan todavía a un aumento del fotoperiodo y a una subida de las temperaturas para comenzar la reproducción, pero hay algunas excepciones.
Cuando el mirlo vuela bajo, es que tiene trabajo.
Hace ya un par de semanas que comencé a escuchar el melodioso canto del Mirlo (Turdus merula) al amanecer y al atardecer. Sobre una antena o en lo alto de un árbol, los machos cantan su melodía para atraer a las hembras.
Ahora los veo volar entre los viandantes, sorteando los coches aparcados en la calzada, incluso posados en las aceras o rebuscando en el césped de los jardines. Cuando el mirlo vuela bajo es porque está construyendo el nido o incluso porque ya tiene crías. El último mirlo que vi llevaba una carga de lombrices en el pico. Es un poco temprano y sigue haciendo frío, pero los mirlos han de ser tempraneros si quieren hacer varias puestas durante la temporada de reproducción.
Es sencillo: al sol de enero canta el verdecillo.
Al Verdecillo (Serinus serinus) se le escucha sobre todo los días soleados de invierno. A finales de enero los machos emiten su estridente pero musical melodía posados sobre un árbol, y luego vuelan pausadamente emitiendo este sonido para lucir las plumas amarillentas del pecho y del obispillo.
En diciembre, por las noches, canta el Gran Duque sus reproches.
Pero es sin duda el gran duque, el Búho Real (Bubo bubo), el rey de los amores tempranos, pues ya en diciembre puede comenzar la reproducción. Es emocionante escuchar su llamada desde a lo alto de alguna fortaleza derruida en medio del campo.
Aunque para eso tendremos que movernos de la ciudad, desplazarnos al atardecer y de paso ver a las grullas regresar al dormidero.
Vuelan las grullas
encima de las nubes
y entre la niebla.
También la Grulla Común (Grus grus) se prepara para finalizar su estancia en nuestra tierra, otra de las señales que nos muestra la naturaleza de que el invierno está casi vencido y aguarda, como siempre, una nueva primavera.