Plasencia suma 5.823 parados. Es el último dato hecho público por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Son 276 personas más en las listas del paro que con las que la ciudad cerró 2012. El rostro más dramático de esta larga crisis económica sigue empeorando día a día. Esta es la cruda realidad. El llamamiento desesperado de los ciudadanos a los políticos para que pongan sobre la mesa soluciones que resuelvan este calvario de una vez por todas crece cada día aunque cada día lo hace con un poquito menos de esperanza.

Sin embargo, y a pesar de que son datos irrisorios cuando estamos hablando de más de 5.800 desempleados en Plasencia, cerca de 6.000 ya, en este duro inicio de 2013 al menos se comienzan a combinar palabras que hace demasiado tiempo que no escuchábamos: nuevos empleos, nuevos puestos de trabajo. A pesar de las enormes limitaciones de esta y cualquier otra administración local para avanzar en materia de empleo.

En la última semana hemos sabido que el Ayuntamiento va a construir ocho kioscos de prensa y golosinas para adjudicárselos a otras tantas personas con imposibilidad de acceder al mercado laboral de otro modo. Son pocos, sí. Pero es algo, también.

Una empresa de bricolaje y decoración abrirá sus puertas en una nave del polígono industrial placentino con 12 trabajadores. Son pocos, sí. Pero es algo, también.

Ni una ni otra son soluciones a la crisis. Ni una ni otra lograrán reducir de forma perceptible la larga lista de desempleados.

Pero ambas son realidades que conseguirán cambiar o mejorar la vida a 20 personas. Y, por tanto, bienvenidas sean. En estos tiempos difíciles de poco sirven los agoreros que solo se dedican a criticar y lamentar un día tras otro la complicada situación, y que ridiculizan iniciativas que llevan números de una sola cifra. Cualquier aportación, pequeña o grande, debe ser aplaudida.

Eso sí, cualquier aportación real. No humo. Es en este caso el equipo de gobierno el que debe tener un celo excesivo para aguantar las críticas, que van con el cargo, y no vender la piel del oso antes de cazarla.

Más de mil personas han presentado su currículum para optar a alguno de los 12 puestos de trabajo que oferta la empresa de bricolaje. No se necesitan más datos para mostrar la dura realidad, para poner de manifiesto la desesperación ciudadana. Por eso, no es momento para anunciar macroproyectos empresariales con abultadas inversiones y promesas de cientos de empleo sin tener una fecha, un número concreto de puestos de trabajo ofertados, un plazo de presentación de currículos, algo que demuestre la realidad de la iniciativa mucho más allá de la intención del empresario. Como ha ocurrido con la teleoperadora de la que poco o nada se sabe hasta la fecha con certeza ni la empresa agroalimentaria que también se anunció a bombo y platillo. El drama requiere seriedad y el empleo no se vende.