Paseo entre colinas, riachuelos y grandes lagos para llegar al majestuoso paisaje de los lagos donde en un entorno idílico está situada la granja.
Los “lagos” son en realidad un fiordo cerrado, fruto del deshielo de varios frentes glaciares. Son de aguas salobres porque, los “lagos”, están conectados con el mar.
De nuevo, no se puede describir el paisaje embaucador y relajante. Invita a la reflexión, a la paz, a relajar los posibles dolores del espíritu.
Uhhhi! Que nostálgico suena, pero es que hay que estar aquí para entenderlo. Es tan distinto a los maravillosos paisajes Extremeños. Pero en el fondo, si uno piensa que está en medio de una dehesa Extremeña, o estar aquí, pueden ser las dos caras de una misma moneda.
La granja es una típica casa Inuit con tejado a dos aguas. Está hecha con paneles de madera y está sobre levantada del suelo para evitar la nieve, las humedades y el deshielo. Está un poco destartalada y abandonada, y da la sensación de muy débil y de que es imposible que aguante en el invierno.
En las habitaciones han colocado literas tan apretujadas que no hay forma de moverse entre medio de ellas. Tiene dos grandes salas, una hace de cocina-comedor y la otra es una sala con sillones. Para ahorrar dinero, cuando han colocado el suelo de madera, tipo tarima, no han llegado hasta el borde entre suelo y paredes sino que han recortado la tarima dejando el hueco del sillón sin suelo de madera.
Las vistas de la casa dan al lago y son espectaculares.
Carlos tiene una nueva sesión de entrenamiento en habilidades emprendedoras: analiza lo que han aprendido y cómo han puesto en práctica diaria los ejercicios en los que han estado trabajando hasta ahora.
Lo más sorprendente y gratificante para ellos, es que se sienten tratados como adultos y están aprendiendo a afrontar situaciones difíciles y comprometidas con calma y control. La pérdida de maletas, las grandes caminatas de 10 horas, el trabajo de lavar, fregar, y participar en las labores de grupo. Ponen mucha atención en ver cómo actúan los adultos ante situaciones tensas o difíciles, no hay que olvidar que somos un grupo de 19 personas. Observan cómo no se pierde la calma y que, ante cualquier situación inesperada, se reflexiona y se analiza para ver la mejor solución posible. Les sorprende cómo todo el equipo técnico, sin mediar palabra por parte de ningún jefe, se ponen a trabajar diligentemente, y con ganas, incluso con alegría, compartiendo los medios y las responsabilidades en Equipo. Es un grupo muy heterogéneo, pero a la vez ensamblado como si fuera una gran máquina mecánica.
Por la tarde toca, navegación en Kajac entre icebergs. Divertido y excitante. No te das cuenta del tamaño de los icebergs hasta no estar en frente de ellos. Además hacen ruido al deshelarse.