Por EVARISTO FERNÁNDEZ DE VEGA
Badajoz acogerá el próximo sábado 8 de junio la coronación canónica de la Virgen de la Soledad. A las 7 de la tarde comenzará la procesión y dos horas después se celebrará el acto oficial en la plaza de España. Justo a esa misma hora, en la barriada del Cerro Gordo, arrancará el primer carnaval de verano.
Estos dos eventos tendrán lugar sólo un mes después de que la capital celebrara la romería de Bótoa y la Fiesta de los Palomos, dos propuestas festivas que también tuvieron lugar en un mismo fin de semana.
Cuando Bótoa y los Palomos coincidieron, el Ayuntamiento advirtió de que en próximas ediciones trataría evitarlo. Pero sólo un mes después, han sido programados dos eventos que no sólo comparten día, sino también hora.
En una ciudad donde incluso existe una plataforma de aburridos que demanda actividades para entretener el tiempo, parece demasiado lujo desperdiciar cuatro propuestas con un alto valor turístico.
Si el sábado 8 de mayo se ocupan en la catedral las 6.000 sillas preparadas, los bares harán negocio y la ciudad saldrá beneficiada. Si ese mismo sábado hay 6.000 personas en las calles del Cerro Gordo viendo a las comparsas, la barra que instalará la asociación de vecinos y los pocos negocios que funcionan en el nuevo barrio serán ricos por un día.
Pero el sentido común dice que una misma persona no puede estar en dos lugares a la vez, sobre todo cuando se trata de un costalero que, además de sentirse orgulloso de portar sobre sus hombros la imagen de la Patrona, disfruta haciendo sonar los tambores de su comparsa. Y con él, toda su familia.