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Sergio Lorenzo

Dices tú de mili

José Calvo: “Valió la pena hacer el servicio militar y más en Cáceres”

José Calvo (el del dedo vendado) con varios compañeros del CIR en la furrielería.

José Calvo (el del dedo vendado) con varios compañeros del CIR en la furrielería.

 

Después de pensarlo bastante, me decido a comunicarme con vosotros para enviaros unas fotos y comentarios de mi servicio militar en Cáceres.

Me tallaron el día 8 de marzo de 1970, gran fiesta familiar en casa. Ingresé en el CIR 3, Campamento de Santa Ana, el 17 de julio de 1971, con la correspondiente pelada y pincelada de verde.

El 26 de septiembre juré bandera a España y bese su bandera, aquella era la del águila y las flechas en tiempos del caudillo Francisco Franco Bahamonde. Un día muy significativo para mí. Gran fiesta en casa. Me dieron destino el 30 de septiembre de 1971.

No me arrepiento de haber hecho el Servicio Militar y haber servido a la Patria como de aquella se decía y uno se hacía hombre de bien. Lo hice, como ya he dicho, en el CIR 3, en la octava compañía mandada por el capitán Quiñones, gran profesional de la vida militar. Teníamos al teniente Vega, el cual me obligó a hacer el curso de cabo rojo para luego darme la furrielería. 
Seriamos alrededor de doscientos veinte reclutas.

Luego, estaba el coronel Rodríguez Cullell, muy humano, y el comandante de La Peña, todos ellos muy profesionales. Una frase que se me quedó muy grabada del teniente Vega, fue un día que me dijo que en este mundo era mejor que te tomaran por cabrón que por tonto, la he tenido muy presente y me ha dado resultado. ¿Quién dijo que en la mili no se aprendían cosas?

De aquella teníamos una paga mensual de 35 pesetas y una aspirina, que era una botella de cristal de cocacola con un cuello de ginebra, te costaba quince pesetas y estaba la aspirina buenísima, esperando cobrar para tomarte una aspirina.   

Yo no quería ser cabo furriel y eso me costó una semana de cocina. Acabada aquella semana, todo volvió a su normalidad y yo me sentí orgulloso de sacar el curso de cabo y llevar esos galones rojos de cabo tomatero con todo lo que ello significaba.
Tuve a compañeros vascos, gallegos, asturianos, andaluces, catalanes, castellanos, manchegos, de toda España y uno de Estados Unidos de origen gallego que quiso venir a España hacer la mili y no hacerla en EE.UU. Para mí eso fue lo mejor de la mili, que conocí a muchas personas de esta tierra llamada España.

Una vez que juré bandera pasé a la furrilería con mis galones rojos y mis responsabilidades adquiridas. Había buena armonía y eso hacía que el día a día fuese más llevadero. Mi labor, entre otras, consistía en nombrar servicio a los veteranos y reclutas. Me encargaba de abastecer a los reclutas y veteranos de las necesidades elementales que conlleva el ser furriel y mantener el orden y la disciplina dentro de mi área encomendada. Había veces que daba órdenes que eran propias del capitán de la Compañía y éste me dejaba actuar, descansando en mi forma de proceder. Siempre fui responsable en mis hechos, en mis acciones y en mis responsabilidades y, por encima de todo, obró el orden y el respeto. 

Los reclutas, cuando el chusco de las diez de la mañana no les llegaba, o las caballas y sardinas en lata escaseaban, venían junto a mí para ver si les daba. Yo tenía siempre sobras, porque siempre traía de más y ellos me lo agradecían. 

Me licencié a los catorce meses, y el 2 de enero de 1986 pasé a la Reserva absoluta.

Si tuviera hoy en día que volver hacer la mili, la haría. Valió la pena hacer el servicio militar y más en Cáceres. Fue una experiencia positiva en la vida. Pienso yo que el haberla anulado fue un gran error que cometió el gobierno de Felipe González.

En la fotografía de la furrielería (arriba, sobre el texto) yo soy el dedo vendado. El compañero que se encuentra a mi izquierda era de Cáceres, muy buena persona y vivía en Aldea Moret. El que está al lado con bigote, de un pueblo por la zona de Montánchez. A mi derecha, de los dos oficiales (alférez de complemento), el que está sentado es de Castilla-La Mancha y el que está sobre él, del País Vasco.

Estas fotos son de la cartilla militar, que de aquella era de color blanca.

Cartilla militar.
Cartilla militar.

 

Datos de la incorporación a filas y destino.
Datos de la incorporación a filas y destino.

 

La última revista.
La última revista.

 

Esta foto es con todo el grupo de mis compañeros reclutas en el Campamento, realizada en julio del 71. Según se mira la fotografía empezando por la derecha, se encuentra el capitán Quiñones, con gafas, sentado en el suelo, y yo me encuentro dos filas por encima de él a la izquierda del compañero de la tez blanca. Estoy de semiperfil.

 

Con mis compañeros reclutas y el capitán Quiñones en julio de 1971.

Con mis compañeros reclutas y el capitán Quiñones en julio de 1971.

 

Había una canción que se cantaba cuando se iba de marcha, que decía: ‘Un soldado de la octava, que a La Bombilla bajo, y a la chica con quien bailaba, embarazada la quedó. Los de la octava, somos la hostia. Viva la madre que nos parió…’

Un abrazo para todos mis compañeros ausentes y presentes de la octava Compañía del CIR 3.

 

(Nota del administrador del blog: “Si quieres enviar tu testimonio y tus fotografías están dañadas o han perdido color, nosotros intentamos arreglarlas. Un saludo”)

El objetivo del blog 'Dices tú de mili' es recordar el paso por Cáceres de alrededor de medio millón de personas que hicieron en esta ciudad el servicio militar obligatorio, la famosa 'mili', que desapareció en el año 2001. La ciudad de Cáceres ha estado conviviendo con reclutas desde el año 1964, aprendiendo aquí la instrucción militar desde Felipe Gonzalez al torero Finito de Córdoba, el cantante José Luis Perales o el humorista el Gran Wyoming, así como famosos futbolistas y jugadores de baloncesto.

Sobre el autor

El objetivo del blog 'Dices tú de mili' es recordar el paso por Cáceres de alrededor de medio millón de personas que hicieron en esta ciudad el servicio militar obligatorio, la famosa 'mili', que desapareció en el año 2001. La ciudad de Cáceres ha estado conviviendo con reclutas desde el año 1964, aprendiendo aquí la instrucción militar desde Felipe Gonzalez al torero Finito de Córdoba, el cantante José Luis Perales o el humorista el Gran Wyoming, así como famosos futbolistas y jugadores de baloncesto.


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