Tal vez el pecado más extendido de nuestros tiempos sea la autosuficiencia.
Una muestra de las muchas que hay sobre esta actitud es lo frágil que resulta ser la memoria de muchos prohombres, acostumbrados a tomar grandes decisiones, y sin embargo se muestran incapaces de recordar y, mucho menos, de investigar sus propias palabras.
Por ejemplo, el otrora famoso FROB ( Fondo de Rescate Ordenado Bancario), que nos costará a a todos 15.000 euros (oficiales) de nuestros bolsillitos, fue creado para apoyar al sistema bancario más solvente del mundo mundial, para reforzarlo, y sobre todo para que el crédito fluyera como en la época que nos a traído hasta aquí.
También fue creado, dicho sea de paso, para que no corrieran peligro los miles de puestos de trabajo que dependían de este sector. (19.000 empleos menos hasta ahora).
Hoy nadie se ha molestado en consultar las hemerotecas para comprobar que todas las ” reestructuraciones ordenadas bancarias” surgidas entonces, han fracasado. Todas.
Es normal, incluso lógico, pues no es ya que todos mintieran, sino que el propio regulador se hizo trampas al solitario y, aprovechando el mes de agosto, relajó las exigencias de dotaciones al sistema. Y tuneó las siglas de un rescate supuestamente ordenado destinado a tapar, más que a alumbrar, los completos desmanes y el absoluto descontrol de muchos actores del sistema. Esos actores descontrolados, lo estaban en tal grado, que han terminado por contagiar a los pocos que guardaban los cánones mínimos del negocio.
Tal vez un nombre más apropiado hubiera sido algo así como ” duty free señor banquero”. Al menos así los pagadores de esta factura hubiéramos estado precavidos.
También es normal que el sistema financiero esté empezando a acabar como está acabando si intentamos recordar los motivos que construyeron muchas de las fusiones ahora fracasadas, todas fracasadas. Efectivamente, se decidieron en los consejos de las entidades. Y los consejos estaban compuestos por políticos. Bueno, pues no se vayan que aun hay más. No solo lo estaban, sino que aún lo están.
Lo sé, lo sé, en cualquier empresa normal resultaría increíble, pero les prometo que es cierto. ¿ Qué más dará que fusionemos entidades que coinciden en todas las esquinas? Lo importante será conservar mayorías en consejos ¿ no? Total, los despidos los paga el FROG.
La factura de esta ” reestructuración ordenada” va por 43 mil millones, y se esperan otros 60 mil más. ¿De dónde?, no lo sé. Por si acaso deberíamos irnos todos a las redes sociales y proponer como gobernador del banco de España al señor Tamariz, ahora que parece que van a dejar escapar al actual titular.
Otra muestra de esta autosuficiencia con la que he empezado, la constituye el hecho de no mirar a los colegas, a los vecinos, para saber de su experiencia. El déficit en Grecia se ha multiplicado 13 veces desde las exigencias de la Troika; el paro se ha multiplicado por tres; en el crecimiento van a por el quinto año en recesión; y la esperanza que les queda es volver al dracma. Tanto se habla de ello que se está produciendo un efecto pigmalión: El dinero sale del país, nadie invierte, y nadie paga impuestos porque saben que dentro de poco tiempo lo van a hacer en una moneda más barata. Y además la paciencia de los países financiadores es finita, tanto, que igual el primero que deja el euro es Alemania.
En Portugal sucede lo mismo, solo que en una fase anterior a la griega. Las medidas del gobierno han sido tan brutales y tan parciales que han conseguido el estrangulamiento del consumo. El gremio hostelero en ese país está pensando más en cerrar cuando termine septiembre que en los tres meses de buen negocio que ahora deberian comienzar. En los colegios se implementan medidas de apoyo alimenticio, mientras se siguen recortando empleos y salarios, las infraestructuras se han abandonado.
¿ Es este el camino que queremos recorrer? La Bolsa está a a niveles del 2003. Pero el dato más preocupante conocido hoy, aunque ha pasado de puntillas, es que el consumo ha caído casi un 10%, cosa que no ocurría desde 2004.
Lo que está pasando estos días hubiera pasado con Bankia o sin ella. El caso Bankia nos ha despertado y nos ha empezado a dejar claro que, mediante las ocultaciones y las mentiras, nos hemos vuelto mucho más vulnerables.
La reestructuración financiera nada tiene que ver con fusionar fusiones, tiene que ver con que este negocio deje de pensar en producto y empiece a pensar en cliente; deje de pensar que, mediante las nuevas tecnologías, puede popularizar negocios que siempre se deberían haber circunscrito a una minoría. Tiene que ver con la imposición de precios no especulativos en negocios que no son su razón de ser como, por ejemplo, los precios inmobiliarios; y tiene que ver con la flexibilidad de los criterios de riesgo en función de parámetros de generación de ingresos.