Rajoy quiere ser el buen desenladrillador que desenladrille la enladrillada banca española. Tiene un plan que, dice, sacará al mercado miles de pisos a precios de ganga y abrirá el grifo del crédito. Da cuatro meses a los bancos y cajas más entrampados con el juego del Monopoly para que se casen con un banquero rico. El casamentero de Mariano aportará una jugosa dote con cargo, en su mayoría, al agujereado bolsillo de papá Estado, o sea, de todos los contribuyentes: 15.000 millones de euros del ala a repartir entre todos los recién casados, 6.000 millones más de los que ya había para casorios bancarios. Curiosamente, 6.000 millones son los que Rajoy espera recaudar con la subida de impuestos, pero son para recortar el déficit. Entonces, ¿de dónde va a sacar esos 6.000 extras? Los pedirá prestado a los mercaderes de Venecia. No se preocupen, los nuevos matrimonios devolverán la dote a papá con intereses. Veremos.
Asimismo, Rajoy quiere que todas las entidades financieras, solteras o casadas, sean de fiar. Con este fin, les exige que rebajen drásticamente el valor de los solares y viviendas que se han quedado con los embargos. Eso les obligará a guardar más dinero en la hucha. Así, según el contable de Mariano, Luis de Guindos, estarán dispuestos a soltar el lastre del ladrillo vendiendo casas con importantes descuentos. Con ello, se camelarán de nuevo a los mercaderes, que, en consecuencia, estarán dispuestos a prestarles dinero a espuertas. Dinero que luego fluirá en forma de créditos hacia familias y pymes. Bonito cuento de la lechera: si los bancos deben ahorrar más, tendrán menos para prestar. Además, hasta ahora, han empleado las ayudas estatales y los préstamos del Banco Central Europeo en tapar agujeros o comprar deuda pública que les reporta un rendimiento superior al interés que pagan por sus créditos. Incluso algunos han vuelto a meter plata prestada por el BCE en el calcetín de este. También dudo que se compren más pisos, pues el problema es que cada vez hay más parados y trabajadores precarios que no pueden pagarse una casa ni cumplen las condiciones que exigen los bancos para conceder una hipoteca. Y la inminente reforma laboral –esa que dice Rajoy que le va a costar una huelga general– no ayudará, ya que, me temo, favorecerá las contrataciones temporales, los despidos y las bajadas de sueldo.
Para más inri, el plan de Mariano, al incentivar las fusiones bancarias, concentrará el dinero en cada vez menos manos. ¡Qué peligro! Se crearán bancos demasiado grandes para caer, pues su derrumbe tendría un efecto dominó en todo el sistema financiero, con lo que se garantizan el rescate público en caso de apuros. Se repite el error que ha facilitado que la crisis se expandiera como un marea negra. En el documental ‘Inside job’, el especulador Georges Soros lo explica con la metáfora de los petroleros: estos son muy grandes y por eso hay que dividirlos en compartimentos estancos para evitar que el movimiento del petróleo haga zozobrar el barco; y la desregularización financiera ha eliminado los compartimentos.
(Publicado en el diario HOY el 5/2/2012)