El diario HOY tiene una larga tradición de coleccionables, libros y suplementos especiales dedicados a la naturaleza, el arte, las fiestas y costumbres populares, la historia, los monumentos, los pueblos,… de Extremadura. Muchos de esos volúmenes se conservan encuadernados en miles de hogares de la región. Bastantes de ellos han conquistado también las redes sociales y son muy seguidos los sitios webs o los blogs donde se cuelgan imágenes del pasado reciente, de la memoria de esas dos o tres generaciones de extremeños capaces de identificar lugares que no son tan solo piedras, calles o plazas, sino rincones poblados de añoranzas y de vida. El creciente fenómeno de la nostalgia postrera.
En el caso de la ciudad de Cáceres desde este periódico se marcaron dos hitos con la publicación en 1992 del coleccionable ‘Cáceres, la historia viva. Cien años de vida cacereña’, sobre la base del archivo del recordado Juan Ramón Marchena y de los fondos fotográficos y documentales de HOY, guiados también por las evocaciones y glosas de otro cacereño de pro, Fernando García Morales. La otra aportación destacada llevaba por título ‘Cáceres, imagen y recuerdo’ y se publicó en 2002. Una treintena de láminas con fotografías antiguas y modernas de lugares como el Arco del Cristo en 1912, la construcción de las ‘Casas baratas’ en 1930, el viejo Parador del Carmen en 1972, la entrada a Cáceres desde la carretera de Trujillo en 1920, el Puente de San Francisco hacia los años 1950; el Cine Astoria en 1989… Aquel coleccionable se enriqueció con los textos de otro cacereño y cacereñista de excepción, Antonio Rubio Rojas, académico de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes, cronista oficial de Cáceres y archivero municipal por oposición desde finales de los años setenta del pasado siglo.
Tengo a la vista algunas de las imágenes que aparecieron en esas publicaciones que me reafirman en que las ciudades son seres vivos y cambiantes. Los lectores de más edad se sorprenderían con las múltiples metamorfosis vividas por la Plaza Mayor o algunos edificios de la Avenida de España, incluidos los emplazamientos varios de la estatua de Muñoz Chaves o la construcción del Edificio Múltiples. Pero es más, a quien en 2002 le llamaba la atención los cambios habidos en la esquina del antiguo Cine Astoria (entre las calles San Pedro de Alcántara y Santa Joaquina de Vedruna) seguro que le sorprenden otra vez las transformaciones en ambas calles y los distintos establecimientos comerciales que ocupan esa esquina.
Por no hablar de los cambios derivados de la expansión urbanística o en la ciudad monumental. ¿Alguien recuerda la ‘casita’ que se rehabilitó en 1988 como vivienda privada en lo que hoy es parte del hotel restaurante Atrio? ¿O qué se veía en 1991 desde la solitaria y vieja puerta que se conserva junto al nuevo Palacio de Justicia?
A los cazadores del pasado les queda tarea. Si ya han hecho fotos de los árboles talados en Primo de Rivera, que se apresuren para fotografiar el resto. El próximo lunes, 6 de julio, se corta al tráfico la avenida para las obras del futuro aparcamiento.