Lo reconozco. Me he abierto una cuenta de Facebook. Sí, yo, el menda, quien suscribe, un servidor, ya ven, el mismo que ha afirmado públicamente en innumerables ocasiones que jamás se rebajaría a hacerse una cuenta en las llamadas redes sociales jurándolo por el mismo Cetro de Ottokar si fuera preciso. Bien es cierto que el motivo que me ha llevado a cometer tal felonía ha sido ni más ni menos que la intención de darle la máxima cobertura a éste, mi blog: Enrique Falcó; Don de LOCH LOMOND. Por lo tanto ya saben, mi dirección es blogdeenriquefalco@hotmail.com por lo que ya están tardando en agregarme como amigo a su Facebook. No se preocupen que no les bombardearé con mensajes ni estupideces, pues me limito a añadir en mi muro mis entradas diarias y artículos dominicales.

Pese a mis reservas de siempre frente al Facebook, he de admitir que me está resultando tremendamente práctico en este sentido. Pero también es cierto que gracias a esta cuenta he vuelto a recuperar el contacto con muchos amigos a los que no veía hace siglos, y he tenido reencuentros muy gratos. También me está sirviendo para estar más al corriente de la vida de amigos y familiares, por lo que puedo afirmar, que aún a riesgo de que piensen que soy un cínico, la apertura de dicha cuenta, como mi inesperada facilidad para desenvolverme por ella, pueden considerarse un éxito inesperado.

A estas alturas no me veo en disposición de engañarles. Está claro que aunque no a la altura de Paul McCartney, es cierto que sí que peco de algo de vanidad. No exactamente vanidad, ya me entienden, es más bien que me pirro porque lean mis artículos, y los comenten, y me den sus opiniones, buenas o malas, y Facebook me hace llegar a más de ustedes cada día.

A los morbosos advierto que no encontrarán fotos personales ni datos de importancia, sólo las entradas de mis artículos del Blog y de mi Tribuna de los Domingos en Diario HOY.

Por lo tanto amigos, desde estas líneas quiero animarles a usar las redes sociales en todo su provecho, haciendo buen y correcto uso de ellas, para cosas importantes y prácticas, y no para las típicas tonterías de niñatos y adolescentes que sólo las usan para ver fotos de los demás borrachos o en pelotas.

Estimado Facebook, me has convencido. Te concedo el beneficio de la duda. No obstante si la cosa se desmadra echaremos el cerrojo por si acaso, pero de momento bien, sigue así, procurando que cada día, más lectores hagan un alto en su jornada para tomarse con su seguro servidor una copita del mejor LOCH LOMOND. Y por cierto hoy a mi salud, y a la de todos los Enriques que hoy es nuestro santo (felicidades papá). ¿Puede existir nombre masculino más bonito? Lo pondré en el Facebook, a ver si así me felicitan.