El “Osservatore Romano”, el periódico del Vaticano nada menos, reconoce a “Los Simpsons” como una familia de valores católicos y considera la serie ideal para los niños. ¡Toma ya! Así, sin anestesia y sin nada.

El autor del artículo, el Jesuita Franccesco Occhetta sostiene en su texto que cuestiones como la Fe cristiana, la Religión, o el Propio Dios, sin ir más lejos, están muy presentes en la genial y desternillante serie de Matt Groening. Ante esta noticia, descubierta ayer por la mañana en el Facebook del Director del Diario HOY, Ángel Ortiz, (cuyo muro recomiendo a todos por ser un portal variado de recopilación de interesantes noticias), no me ha quedado más remedio que reflexionar sobre tres posibilidades:

La primera de ellas que todo sea una broma. La segunda que el bueno de Don Franccesco se encontrara bajo los efectos del más bello y dorado de los licores (LOCH LOMOND, naturalmente). Y la tercera y más probable: Que el Jesuita no haya visionado un episodio de “Los Simpsons” en su puñetera vida. También cabría una cuarta posibilidad, ¿Por qué no? La de que no detectara la ironía, la parodia ni la sátira a tres centímetros de sus fosas nasales, lo que nos llevaría de nuevo a la tercera posibilidad, la ignorancia y el poco conocimiento del articulista en la vida de mi adorado Homer y su familia.

Sobre el tema de que la serie sea apropiada o no para los niños se podrían decir muchas cosas. La verdad es que aunque vaya dirigida a adultos, puedo tranquilizar a los padres afirmándoles que quitando algún que otro capítulo con especiales referencias al sexo o a la violencia, el único problema con el que se encontrarían sus larvas es ni más ni menos que el que nos encontrábamos los más pequeños de la casa cuando veíamos “La bola de Cristal”. Que nos encantaba a los niños, pero mientras tanto, los más mayores además de divertirse pescaban sin problemas todos los guiños y dobles mensajes y sentidos que ofrecía el moderno e innovador programa de Lolo Rico (lo contrario que el autor del artículo del Osservatore Romano). Lo que está claro es que si un niño pequeño disfruta con “los Simpsons”, cuando sea adolescente y adulto la serie le privará, estoy convencido de ello. Y será cuando le haga gracia de verdad.

Pero volviendo al tema de la Iglesia Católica, no puede uno cuanto menos soltar una risotada y tomarse el asunto con algo de cachondeo. Podríamos exponer cientos de ejemplos, pero para no aburrirles e ir terminando le podría contar al señor Occheta que sí, que es cierto, que Los Simpsons acuden a Misa los Domingos, pero no sé si se ha dado cuenta que especialmente Homer y Bart prácticamente lo hacen obligados, y al primero se le ha visto escuchar partidos con los casos puestos, meter una motocicleta dentro del recinto o incluso denunciar a ésta y convertirla en su choza particular, utilizando el cáliz para tomarse una Duff, su marca de birra favorita. También por ejemplo podríamos hablar de cuando se sacó en Internet el curso de Pastor de Iglesia para oficiar bodas y se enriqueció a base de bendecir bodas gay, antes de las cuales rezaba como buen cristiano “Querido Dios, dame fuerzas, pues me dispongo a oficiar otra de esas bodas gays que tanto te enfurecen”.

De Bart también podríamos reconocer que sí, que bendice la mesa como buen cristiano, con oraciones tan puras y cristianas como “pum, plis pam gracias por el pan” ó “querido Dios, como esta comida la hemos pagado nosotros…gracias por nada” Y por supuesto que Dios está muy presente en toda la serie, como que es un personaje más, a quien por cierto, a pregunta de Bart sobre su forma y naturaleza el gran Homer lo define a la perfección “Dentadura perfecta, olía bien… lo que se dice un tipo con clase”.

Hay que fastidiarse con las tonterías que se escriben sin parase antes a documentarse un ratito. Jesuitas, Osservatore Romano… ¡vaya forma de hacer el ridículo! Pero Dios Mío, tú, que todo lo ves… ¿Pero es que no lo ves?