Son las 13:30 y quien suscribe acaba de salir del catre. Aún adormilado y perezoso y con más ganas de horas de sueño. Que quieren que les diga, para eso están las vacaciones, para hacer cosas que no puedes hacer durante el resto del año. Aunque bien cierto es que mi menda no es precisamente madrugador, y tiene la suerte de no currar de mañana, por lo tanto tampoco es que la cosa haya sido para tirar cohetes.
Enciendo la tele y me encuentro a Juan Luis Tena, el presentador de en Hoy Día bailando “La Macarena” con todo el arte del mundo junto a una señora de edad avanzada, que por cierto, no supo contestar que Fue Bill Clinton y no otro de sus colegas presidentes estadounidenses quien se hizo mundialmente famoso meneando su “cucu” con dicho temazo de fondo.
El verano es lo que tiene, que todo es diferente, o al menos todos pretenden dar la sensación de que nos encontramos en época de relax. La semana que viene me marcharé unos días de vacaciones, para descansar y cambiar de aires, que el año pasado no pudo ser y éste ya tocaba,, pero les aseguro que no hay mejores vacaciones que el disfrutar de las comodidades de tu hogar sin ostentar obligación alguna. Ahora me lo paso muy bien con la serie “La que se Avecina”, nunca la había visto y es un ejercicio muy saludable “despiponarse” de risa cada cinco minutos, les recomiendo la serie encarecidamente.
La ociosidad es la madre de todos los vicios. Esta frase viene a cuenta porque acaba de salir en La Ruleta de la Suerte, es que estoy esperando que empiecen Los Simpson. Después de comer algún capitulito más con el aire acondicionado. Esta noche quizás un cine o una cervecitas en Campañón y por la noche más cine o algo de lectura disfrutando un LOCH LOMOND o un tinto de verano bien fresquito en la terraza. Yo no sé ustedes, hay quien se lamenta por no poder ir de vacaciones, pero el hecho de no tener que trabajar y disfrutar de los pequeños placeres es un lujo al que no debemos dar la espalda. Será como bien digo, por aquello de que soy un hombre sencillo, con gustos sencillos, y busco en dicha sencillez la felicidad más plena. ¡Y la encuentro! El verano es lo que tiene. Que el mal humor y la tristeza parecen estar prohibidas bajo pena de reclusión. Y ustedes que lo disfruten.