A la señora Trujillo le tiene que ir la marcha, y tiene pinta de ser un poco listilla, amen de haber gozado de una vida sin muchas dificultades: “El que tenga deudas que las pague” insiste en su red social. Bueno, hasta ahí incluso el menda está de acuerdo. Todos podemos tener deudas, cosas que pagamos a plazos, incluso a lo peor con algún retraso que otro, compensados por los abusivos intereses de demora. Eso no significa que seamos unos chorizos, delincuentes o sinvergüenzas, faltaría más. Ahora bien, el tweet continúa “… que no se hubiera endeudado“.
Estas palabras mosquean, y mucho al personal. En primer lugar por su falta de solidaridad, y en segundo quizás por la ausencia de brillantez y de sentido de la realidad de unas palabras que podría haberse ahorrado en un momento tan terrible para tantos.
Ni que decir tiene, que a cualquier joven “mileurista” o “ni-mileurista“ que se precie le entrarán ganas de decirle cuatro verdades a la cara a la señora Trujillo, pero sobre todo, aquellos que están perdiendo sus casas se sentirán como si alguien les estuviera echando sal en las heridas.
Quiero creer que la señora Trujillo se refiere a aquellos tantos que hicieron barbaridades en su día, como firmar hipotecas de 1.500 Euros al mes cuando su sueldo era de 1.200, o incluso los que se compraban una segunda casa y otro coche pensando que alquilando la otra casa la nueva se pagaba sola.
El problema es que la mayoría de esas deudas que algunos no pueden pagar pueden ser de señores que gozaban de un trabajo y un sueldo muy respetable, y como cualquiera firmaron una hipoteca, o pidieron un préstamo para comprarse un coche o unos muebles, o pusieron un negocio pidiendo cantidades que podían asumir sin problemas.
Gentes de muy distinta condición que lamentablemente han perdido su empleo y buena parte de los ingresos con los que estaban acostumbrados a vivir, y es ahora cuando tras agotar los ahorros, el paro y todas las ayudas se ven ahogados y endeudados hasta el límite de incluso perder sus hogares. Y yo me pregunto ¿Es ello un delito merecedor o causa susceptible de sufrir mofa o befa? ¿Es justo que alguien que se dedica a trabajar por el bien de los ciudadanos lo demande con esa innecesaria chulería y falta de caridad?
Casi que la imagina uno divirtiéndose, como la hormiga de la cigarra de la conocida fábula que tanto nos contaban de pequeños.
Desde que en Julio de 2007 fuera reemplazada y perdiera su cartera ministerial, María Antonia Trujillo se ha despachado a gusto con el que fue su Partido (PSOE) a pesar de haber sido diputada por la provincia de Cáceres y Presidenta de la Comisión de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca del Congreso de los Diputados en 2008.
En 2011 volvió a la docencia, ocupación que comparte en diversas actividades dentro del sector inmobiliario y energético. Parece ser que las cosas no pintan del todo mal en el terreno económico para ella. Y así espero que continúen, por su bien, pues como algún día la ex ministra se encuentre en problemas económicos, toda una sociedad resentida le escupirá a la cara su propia frase, mostrándole divertida, su misma piedad. ¡Mil millones de mil millones de naufragios!