Ayer domingo, de nuevo los de
Lamentablemente no pudo ser así, pues a pesar del carrerón del español Fernando Alonso, no pudimos ver el único adelantamiento del asturiano en la carrera, La maldita e inoportuna publicidad de la sexta volvió a encargarse de ello. No es la primera vez que lanzo dardos de indignación sobre la cadena de Emilio Aragón, (recuerden uno de mis primeros post de mi blog: https://blogs.hoy.es/loch-lomond/2010/6/14/-maldita-publicidad-) pero si a la ineptitud del señor Lobezno (como llamaba Lurditas, de Los Serrano a Antonio Lobato) que es un fiebre, además de estar enamorado de Alonso, y que nunca da una a derechas, añadimos los inoportunos cortes publicitarios en los momentos cumbres de las carreras, ya tenemos el condimento perfecto para sazonar nuestra indignación con una pequeña dosis de mala leche.
Lo he decidido, la de ayer es la última carrera que me joroban Lobezno y Cía. Recurriré a Internet, buscaré canales extranjeros como hago con los partidos de liga. Si el locutor es americano, chino o del Nepal, lo mismo me da, porque no necesito escuchar tonterías para disfrutar de una buena carrera de Fórmula 1. ¡Maldita publicidad! Como sigamos así acabaremos tontos y cegatos, de tanto mirar la ventanita en la publicidad, presenciando trocitos de carreras durante los anuncios. Lo dicho, la de ayer la última. Lobezno y Cía, dedicaros a retransmitir la misa de doce, que está claro que las carreras de Fórmula 1 no son lo vuestro. ¡Mil millones de mil millones de truenos, rayos y centellas!