Desde que empecé a tener uso de razón, es decir, a darme cuenta de que existía, enseguida comenzó a interesarme el mundo del fútbol. Pero me gustaba el deporte Rey como a cualquier niño pequeño, es decir, me encantaba ver los partidos, y ver a Butragueño, y a Hugo Sánchez, y a la Selección, pero nada más. Lo mismo daba que el partido fuera importante o no, que fuera de liga, amistoso, de Copa de Europa o de exhibición. De hecho, ni sabía qué demonios eran esas competiciones. Años más tarde, cuando contaba ya con 11 ó 12 añitos, sí que empecé ya a tener conciencia de lo que era una Liga, o una Copa de Europa, o un Mundial y esas cosas, y quiso picarme el gusanillo de acaparar toda información deportiva que se me presentara. Para ello, lo más práctico era sin duda mantenerse informado, y qué mejor manera de ello que seguir la prensa deportiva.
En mi casa, aparte del Diario HOY, por supuesto, siempre entraban cuatro o cinco periódicos más, y nunca faltaban uno, ó incluso a veces dos deportivos. ¡Cómo me moría de ganas por leerlos! Muy especialmente los lunes, que es cuando eran interesantes de verdad, y te narraban lo que había acontecido en la jornada anterior. Aún recuerdo el As, en ese formato blanquinegro tan brillante, donde tantas veces vi retratado a mis ídolos, o ese Marca, que fue uno de los primeros periódicos que empezó a publicar fotos en color. Me encantaba leer esos diarios, los devoraba con pasión, ávido de información deportiva sobre mis equipos y jugadores favoritos.
Hoy en día la cosa ha cambiado, y mucho, y como siempre a peor. Los dos periódicos deportivos por excelencia se limitan a rellenar sus páginas cada vez con menos información de trascendencia deportiva, y quitando el día después de un partido importante, el resto de la semana nos ofrecen una información casi más propia del corazón que del deporte en sí.
Con la televisión pasa más o menos lo mismo, sólo nos hablan de tonterías, de chorradas que no vienen a cuento, deseosos de rellenar minutos para una audiencia que realmente sólo quiere ver goles y jugadas. Parece que no se dan cuenta. Ayer mismo, sin ir más lejos, en las noticias no pude ver ni una sola crónica del partido del Real Madrid contra el Ajax. Se limitaron a poner en veinte segundos, no más, los cuatro goles del Madrid sin repetición y apenas sin comentario, ahora bien, lo de que Mourinho ordenó a Ramos Y Alonso que forzaran la tarjeta (como si lo hubiera inventado él) se convirtió en el tema central de la información.
Los diarios deportivos han perdido el rumbo, el Marca sólo se limita a buscar titulares más propios de la prensa sensacionalista inglesa que del deporte, y el As sigue en pleno siglo XXI sacando en la contraportada a la típica buenorra con el culo al aire como si estuviésemos aún en la época del destape. La prensa deportiva catalana mejor no tocarla, pues es realmente impresentable.
La información deportiva ha dejado de serlo para convertirse mayoritariamente en noticias del corazón. La prensa deportiva ha cedido durante 6 días a la semana el protagonismo a la información chabacana, rosa, extradeportiva, cateta y vacía de contenidos. Pero no se preocupen mis queridos amigos, que aún nos queda un gran equipo de deportes en