Ayer, domingo, fue día de resaca. Los pequeños dolores de cabeza aún me recuerdan que ya no me recupero de una noche loca con la facilidad de antaño.

Cuando despiertas tras la celebración de una boda, además de la boca seca, te queda la sensación de que el cielo se ha desplomado sobre tu cabeza. Es posible que tomara algún LOCH LOMOND de más, o quizás dos, pero el hecho de que un compañero y amigo se decida a dar el gran paso de su vida merece tal inmoderada ingesta de sano y nutritivo alcohol. ¡Felicidades Dani y Raquel!

A mi personalmente las bodas me rechiflan, y no vayan a pensar ustedes que por aquello de comer y beber hasta reventar, que también. Me gustan sobre todo porque se respira alegría por todas partes. Una alegría que parece contagiarse y expandirse sin límites. Parece imposible estar triste en una boda. Yo creo, que ayer también ayudó mucho la emocionante victoria de la Selección Española, con ese golazo de Villa, que parecía no querer entrar. A lo tonto se están cumpliendo mis predicciones y parece que estamos imitando a las más grandes.

https://blogs.hoy.es/loch-lomond/2010/6/22/-imitando-las-mas-grandes-

Esta alegría de la selección también se contagia, como la de las bodas, y solo deseo que se haga un poco más extensa y nos llevemos a casa la Copa del Mundial. A pesar de haber progresado adecuadamente, cumplir, y terminar los deberes, España está obligada a presentarse a un último exámen para subir nota, y conseguir que nos invada durante mucho tiempo esta alegría de la que hablamos. Entonces volverá a correr el LOCH LOMOND reserva…sin reserva. Pero basta de alcohol. Ahora sólo necesito un analgésico y una gran jarra de agua y a comenzar esta jornada de lunes. El lunes de una semana que promete ser interesante. ¡A ver que pasa el miércoles!